viernes, 29 de julio de 2011

Que nunca se repita

“El rock abrumaba sus ojos y derramaba sangre por sus oídos, sofocando el calor que la humareda dejó en el recuerdo del arte. Descaradas mentiras buscan aplacar las sospechosas verdades que no niegan que la podredumbre del fuego, no es más que traicionero. Pero se alientan con saber que algo pueden cambiar en medio de tanta corrupción, pudiendo así, marcar el camino hacia la …”

Esto lo escribí unos años después del 30 de diciembre de 2004, pensando en la tragedia que se cobró de muchísimos sueños que no pudieron ser cumplidos y que nunca se cumplirán.
Y como verán, este intento de prosa, no esta terminado o quizás si. Pero le falta una palabra para poder darle un cierre, para que no sea un final abierto.

Intente con palabras como Verdad, Justicia… pero ninguna de ellas me sentó bien, y decidí al fin dejarlo así. Lo que me deja una sensación de vacío.

¿Por qué vacío?

Porque vacío es lo que se refleja en las miradas de los chicos que sufrieron la masacre de Cromagnon, vacío es lo que se refleja en las sonrisas de las madres, padres, amigos y hermanos que luchan buscando una ínfima razón que los ayude a continuar y a seguirla peleando.

Hay quienes nunca más volvieron a escuchar música, hay quienes se aferran a ella más que a nada en el mundo y van cantando su verdad, hay quienes no pudieron volver a escuchar a Callejeros, hay quienes no pudieron volver a reír.

Pero todos se unen al momento de decir: ¡Queremos JUSTICIA!

Entonces es cuando las aguas se dividen al momento de sentenciar al culpable. Y hay quienes culpan a Chabán, hay quienes culpan a Callejeros, hay quienes culpan a Ibarra, hay quienes culpan al que prendió la bengala, hay quienes…

Y esto pasa porque necesitamos un culpable, necesitamos como sociedad sentenciar a alguien que lleve el cargo de todas las culpas de lo sucedido a sus espaldas para poder sentirnos un poquito más fuertes. Y todo esto se convierte en una vorágine, porque el poder judicial que se jacta de tener la idiosincrasia de poder decir que es justo y que no, pasa a formar parte de la corrupción con la burocracia que lo caracteriza, sin llegar a ningún puerto.
Y la impunidad es la que ríe, venciendo.

Pero yo creo, desde mi perspectiva, desde mi realidad, teniendo en cuenta de que esa noche de diciembre yo estaba en mi casa, con mi familia enterándome por la televisión de lo que estaba pasando. Creo que es justo sentenciar a alguien que cargue con las culpas, pero creo que responsables somos todos, y cuando digo todos me refiero a la sociedad en su conjunto, pueblo y representantes. Creo que tenemos que hacernos cargo de esta responsabilidad y no hacer de esta tragedia, “borrón y cuenta nueva”. No. Creo hoy más que nunca, que jamás tenemos que echar nuestra historia al olvido y que tenemos que ser concientes, hacer carne de esto, hacer valer nuestra memoria… “Y que nunca, pero nunca se repita."
 
Lara Mazza

jueves, 28 de julio de 2011

Expandir nuestra imaginación.

Seguramente ustedes ya fueron a ver “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte II” al cine, o bien, ya leyeron el libro un par de años atrás y sabrán como finaliza la famosa saga. En mi primera publicación para este blog, mi intención no es escribir nada sobre estas novelas y nada sobre Harry Potter, sino, sobre la persona que hizo que toda la magia fuera posible: Joanne Kathleen Rowling.

Tampoco quiero detenerme mucho en los detalles sobre su vida, ni hacer una especie de biografía. Quisiera explicar, desde mi propia percepción, quien es para mi, J.K. Rowling. Y no me interesa resaltar, como ya han hecho anteriormente, que fue gracias a sus novelas que los niños comenzaron a interiorizarse en le mundo de la lectura. Pues para mí, los chicos siempre han sido, son y serán la generación que más libros lee. Incluso más que los adultos. Pero eso, solo es una apreciación propia.

Lo que si me interesaría resaltar, es que sus libros se han convertido en un gran fenómeno sociológico, que han conectado a miles de jóvenes alrededor del mundo, con los mismos intereses y gustos. Incluso tuve la oportunidad de intercambiar mails con varios de sus lectores y de construir un lazo con ellos.

Y lo que más me interesa rescatar de esta experiencia, es la forma en que Rowling ha inspirado a cientos de jóvenes a descubrir su verdadera vocación: Escribir. Quizás algunos no lo tomen en serio, pero se ha conformado una comunidad de “escritores” que intercambian, leen y realizan devoluciones sobre textos literarios de su autoria, algunos muy atrapantes y de muy buen nivel. Este tipo de experiencias hacen que me sienta orgullosa de ser una fiel lectora de Rowling, a quien admiro profundamente.  

Amo escribir, gráfica es mi modulo preferido y es por eso que elegí “Comunicación Social”. Quizás me gustaría ser escritora tanto o más que ser periodista. Pero aunque me guste pensar que no se necesita estudiar nada para ser escritor, tengo muy en claro que hay muchas cosas que aprender.

Se puede aprender mucho de nuestros autores favoritos y en mi caso, de aquellos lectores que comparten conmigo esta pasión. También se puede aprender mucho de nuestros compañeros de carrera y yo aprendí mucho de ustedes con este blog, en especial de aquellos realmente “talentosos”, quienes tienen un gran futuro por delante. Me da mucho gusto saber lo que piensan y como lo expresan. Sigamos así. Me recuerda mucho a aquellos mails que intercambiaba con todos esos “escritores en potencia”, que no temían decir lo que piensan.

Y para conocernos un poco más me gustaría preguntarles: ¿Cuál es su libro o autor preferido? ¿Por qué decidieron estudiar Comunicación? ¿Cuáles de los tres módulos les gusta más? ¿Cuál es su principal meta o sueño?

Marcia.

miércoles, 27 de julio de 2011

AMISTAD

Según el diccionario de La Real Academia Española la amistad es el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”. Pero prácticamente ninguna de estas acepciones se cumplen en el actual mundo de la aceleración y la rapidez de acciones en el que gran parte de la población estamos incluidos.
Las excusas y las faltas de tiempo destruyen los encuentros e impiden esos momentos que construyen lo esencial de la vida humana, “la unión”, haciendo que vivamos cada vez mas separados unos de otros y con menos compromisos respecto a las relaciones que se emprenden  a lo largo de la vida. Lo que lleva, a su vez, a que muchas personas vivan de manera poco valorativas las relaciones que se les presentan.
Aunque  aun existen pequeños grupos (mayormente de adultos) que continúan compartiendo momentos de sus vidas, se podría decir que los jóvenes poseen  (cada vez a edades más tempranas) lo que hoy se llama nuevos tipos de amistades. Son capaces de encontrar “amigos” en facebook, los chats, o en cualquier parte y, si bien cada uno tiene sus propias maneras de pensar,  muchos cofunden el verdadero significado de la palabra con relaciones de compañerismo o de convivencia.
La actual sociedad acelerada hace que las personas se relacionen cada vez menos, y las que lo hacen, es por medio de las nuevas formas de  comunicación que, si bien consigue su objetivo de mantener activas las relaciones, lo hace de una manera bastante particular respecto a que forman cada vez mas  “amigos a la distancia”. Ahora es más común ver adolescentes más tiempo conectados mediante sus PCs o sus celulares que reunidos en casas o en lugares donde se creen anécdotas para recordar. Lo que genera una deformación del concepto de amistad.
Esa capacidad que tienen las nuevas tecnologías de unir a la distancia les dan a las personas la posibilidad de “relacionarse” cada vez con mayor comodidad, ya que pueden hablar con alguien que se encuentra al otro lado del globo sentados desde el living de sus casas. Pero a la vez les quitan esos momentos que en el pasado llenaban plazas o esquinas con verdaderos amigos.
 Otro factor a analizar es que es mayor la cantidad de  jóvenes que consideran amistad el emborracharse juntos hasta “quebrar”, al verse los sábados para ir a boliches o a unirse para patotear con otros grupos de jóvenes. Y algunos adultos avalan esas malas amistades que piden a sus compañeros (porque a lo mucho eso es lo que son) que se emborrachen o se droguen para estar a la par. Estos grupos, al igual que el de los amigos virtuales, tampoco deberían ser considerados como en una relación de amistad ya que es poco el afecto que se puede generar en dicha situación y es aun mas difícil que dicha relación perdure en el tiempo.
Pienso que llegó la hora de  diferenciar a un amigo de un compañero. Si bien no tiene nada de mal estar entre uno u otro grupo, se puede notar claramente que no son lo mismo. El compañero es aquel individuo con el cual se comparten ciertos actos rutinarios, que llevan o no a compartir cierta ideología o maneras de pensar que mantiene a una o más personas unido a él. Entonces, podemos deducir que lo que suele diferenciar a un compañero de un amigo es la rutina. En las relaciones de compañerismo  las personas comparten ciertos momentos de sus vidas que los unen (estudios, trabajo, etc…) y en las relaciones de amistad los individuos poseen ciertas características que (sin importar la cantidad de encuentros) los mantienen unidos fuera de lo cotidiano. Entre ellos se suele establecer un lazo de unión que se mantiene a pesar del tiempo y la distancia.
Lo que me queda por definir son las características que no pueden faltar para que una personas considere una relación de amistad con otra. En primer lugar debe haber cierto grado de afecto o cariño por parte de ambos que los llevaría a confiar en el otro. Se requiere tiempo para que dicha confianza se fortalezca de tal manera que no halla secretos entre ambos. En segundo lugar es a la par de necesaria la sinceridad de ambos, ya que no existe amistad dentro de una relación en la cual se den mentira, deslealtades o farsas. Por ultimo es necesaria la constancia, en el sentido de que todo amigo debe estar tanto en los momentos buenos para festejar o compartir momentos de alegría como en los malos donde su función es aconsejar o ayudar.
“Un verdadero amigo es alguien que te conoce tal como eres, comprende todo lo que haces, te acompaña en tus logros y tus fracasos, celebra tus alegrías, comparte tu dolor y jamás te juzga por tus errores”.
Estaría bueno que los momento en que dos o mas amigos se unen dejen de ser fríos y las actitudes cursis dejen de ser consideradas como tal y pasen a ser consideradas una demostración de afecto hacia la otra persona. Empecemos todos a valorar realmente a los amigos y no confundamos los actos rutinarios compartidos con la verdadera amistad.

Matias Defusto

lunes, 25 de julio de 2011

DECIRTE GRANDE TE QUEDA CHICO

Hace mucho tiempo atrás, exactamente 88 años, nacía en la ciudad de La Plata, en el barrio llamado “El Mondongo” un hombre que, a mi entender, es un verdadero amante de este país. Para aquellos que quizás no reconocen la localización geográfica, les cuento que me estoy refiriendo ni más, ni menos, que al Dr. René Gerónimo Favaloro.
Decidí dedicarle estas líneas porque siento una profunda admiración por él y por todos sus logros  y si hablo en presente, cuando me refiero a su persona, es porque para mi no esta muerto quien, sigue siendo recordado. En lo personal, estoy segura, que el  único que dicta la sentencia de muerte, es el olvido.
Ahora si, ahora te hablo a vos, y disculpa que te tutee, pero estoy segura que no permitirías ningún formalismo tonto que se disfrace de usted. Lo primero que quiero pedirte es un inmenso y humilde perdón. Perdón por todo lo que sufriste, al haber vivenciado y padecido la corrupción reinante de aquel entonces, que no permitía que crezcas. Perdón por haberte vuelto “un mendigo en tu propio país” como bien escribiste, en muchas cartas que enviaste a las autoridades, con fuertes pedidos de ayuda. Perdón por toda esa depresión que te causo ver a tu Fundación con una terrible deuda, que cualquier millonario (de los muchos o pocos que hay en este país) podría haber saldado y no lo hizo. Perdón por absolutamente todas esas razones que te llevaron a tomar la terrible decisión de suicidarte, con un disparo al corazón tan simbólico.
Que paradoja y que mensaje tan profundo dejaste al tomar esa decisión ya que, vos mejor que nadie, sabia donde ubicar exactamente el arma para morir de forma casi instantánea y a su vez, yo considero, que todo el dolor que estabas padeciendo, lo representaste con la destrucción de tu corazón, aunque antes del disparo, tu corazón ya estaba desecho. Que impotencia tan grande me invade por todo lo que te sucedió. Que tristeza me genera el imaginar tu depresión, tu desesperación, tu decepción. Que ganas a su vez, me nacen de haber nacido hace unos años atrás, para poder haberte conocido, porque más allá de que el recuerdo, te hace inmortal, me hubiese encantado poder hacerte una entrevista o tal vez, simplemente conocerte.
Pero ahora quiero pasar a los agradecimientos... Gracias por haber sido la persona maravillosa que fuiste. Gracias por haber vuelto a tu país, de tu viaje a Estados Unidos, donde profesionalizaste aun más tu aprendizaje, para aplicarlo acá. Gracias por haberte convertido, en el símbolo de la honestidad en su máxima expresión (aunque ello, te haya costado la vida). Gracias por haber creado el By Pass que, aun hoy, sigue salvando vidas (y eso que la tecnología avanzo muchisimo). Gracias por haberte comprometido con absolutamente todos tus pacientes, pero por sobre todo, por darle atención a aquellos que nunca la tienen (¡Y que atención eh!), por haberte ocupado de aquellos que pocos aveces se ocupan. Gracias por haber humanizado la compleja tarea del medico (Y esto siempre se lo atribuiste a la formación humanística que te brindo tu querida Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata). Gracias por tener un compromiso enorme con lo social, creando la Fundación. Gracias por haber tolerado, lo que no merecías (Hasta que, lamentablemente no lo soportaste mas...). Gracias por haber amado tanto a tu país (Seguramente lo seguís haciendo, aunque sigas viendo como la corrupción continua y crece). Gracias por haber sido un medico rural, allá en Jacinto Arauz, un pequeño pueblo de la provincia de La Pampa. Gracias por representar un ejemplo para muchos y por formar parte, a mi criterio, del ser argentino. Me arriesgo a decir, sin ningún animo de ofenderte, que viene el asado, la birome, y venís vos, como parte de este folklore de ser argentino. Gracias por sostener siempre que todo universitario debe comprometerse con su sociedad. Gracias, gracias y más gracias por haber sido, más que un medico, un maestro. Un maestro de la lucha, de la vida, de la inteligencia, de la sabiduría, de la humildad y por sobre todas las cosas, de la honestidad.
Nunca cediste ante la corrupción que te rodeaba, y sentiste que la única forma de no hacerlo, era dejando de estar entre nosotros (físicamente). Debo confesarte que aveces siento una mezcla de bronca y de tristeza, cuando hablo de vos, y no te conocen o escucho expresiones como “El By Pass fue de casualidad” “Pero.. ¿Qué hizo?” “¿Esta vivo?”.. En esos momentos, es cuando digo, “con razón decidiste irte”. Entiendo que cada uno es apasionado por lo que quiere, por el personaje que más prefiera, pero me cuesta admitir que te desconozcan o que demuestren desinterés por tus logros... No se, quizás desde la admiración que te tengo, busco que todos la sientan y sé que estoy errada, pero es más fuerte que yo. Igualmente debo reconocer que, gracias a Dios, no fue una gran mayoría, la que me causo (y me causa cuando me pasa) esos disgustos, porque a pesar de olvidos (que me lastiman) pero que son humanos, tu obra y tu sello, se siente en muchos de los argentinos y eso me reconforta y me llena de orgullo.
Estoy orgullosa de formar parte del país que engendro, creo, acuno a uno de los pocos seres que, a mi entender, la mejor característica que le calza, es la de sobrehumano. Estoy orgullosa de hoy poder escribirte estas líneas, aunque no las puedas leer, pero estoy segura que de alguna forma, mi admiración te llega. Estoy orgullosa de que seas argentino y de que hayas marcado a fuego la identidad de todos los ciudadanos (en mayor o menor medida). Si vos vieras lo que es tu Fundación, aquella que estaba casi al borde de la quiebra, te sorprenderías (aunque seguramente la ves). Es despampanante, enorme y lujosa... No sé a ciencia cierta si para lograrlo, hubo que transar con aquello a lo que vos te negabas. Lo desconozco. Quizás lo sospecho y me dolería confirmar que tu reglamento ético, haya quedado plasmado solo en papel, y no en el accionar, de los que hoy están a cargo de tu Fundación... Ojalá que haya sido por la vereda de la honestidad que vos construiste y no por otra...
Si bien me encantaría decirte muchas otras cosas, soy consciente que me es imposible, ya que no me alcanzarían ni todas las hojas del mundo, para poder hacerlo. Pero para finalizar este pequeño homenaje en papel que decidí hacerte, te vuelvo a pedir un inmenso perdón por todo tu padecimiento y un humilde y sincero gracias por absolutamente todo lo que le diste a nuestro país.
No pienso despedirme de vos, porque eso significaría una separación, un desprendimiento, del que no estoy dispuesta a participar, porque mi nacionalidad no me lo permite y mi admiración mucho menos. Que mejor “final” que palabras tuyas maestro...

“Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga. Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz. Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata. No puedo cambiar. No ha sido una decisión fácil pero sí meditada. No se hable de debilidad o valentía. El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano...”



domingo, 24 de julio de 2011

Buscandomé (parte I)

Todo empezó por una necesidad exterior, en la que un sábado de tarde gris descubrí que el semafóro no sólo funciona como parte del orden configurador del tránsito, sinó también como un gran medidor del tiempo de muchos que intentan sobre-vivir.
Es el caso del nene (uno entre tantos), que hace malabares a una cuadra de la plaza mitre, en Ramos Mejía, de quien me enamoré de su sonrisa guardada, cuando le regalé un alfajor. Jamás pensé que iba a pensar tanto en él, y no hablo de el como uno, sinó como representación de miles que pasan por lo mismo.
Desde entonces, decidí invitarlo a tomar una “señora” merienda, porque me intrigaba y me intriga conocer la manera de como poder ayudarlo, saber sobre su vida. Sin embargo (hasta hoy me lamento), algo me detuvo, y es por eso que escribo hoy. ¿Qué sucedió para que no hiciera lo que realmente deseaba?. Me es dificil responderme, ya que no encuentro la palabra exacta para definir cómo dejé de actuar. Si hablo de temor, estaría equivocada, al igual que hablar de desinterés. A pesar de ello, si descubrí que a muchos nos pasa lo mismo; Los que piensan en ayudar y no saben cómo, los que temen por la reacción del otro, los que intentaron ayudar y no pudieron, y más variantes que suceden según cada experiencia.
Cabe aclarar, que mi postura no estriba en el rechazo hacia “la gente de la calle”, sinó todo lo contrario, intento repudiar a lo estático del sistema, que nos impone como raro, diferente y díficil ayudar a los demás.
Creo en este punto, que el egoismo e individualismo reflejan claramente como la mayor parte de la sociedad prefiere enceguecerse con lo que tienen dentro de sus cuatro paredes y no ver más allá de sus propias necesidades, caprichos y gustos.
Me resulta interesante, mencionar una reflexión que introdujo una vez una profesora de la secundaria, en donde particularmente me impulsó a reflexionar. Ella nos preguntó ¿Qué es la inseguridad?, ¿Qué es la seguridad?, y además comparó la seguridad de la gente que tiene que comer, como vivir, y donde vivir, con la gente que no tiene elecciones y no tiene seguridad por sobre su vida. Desde aquí noté una gran quiebre en lo que se refleja en la sociedad y en los medios de comunicación, en donde no se comenta, ni se publican notas sobre las personas que pasan dias sin comer, que pasan el frío intenso de la noche en invierno; En cambio, si muestran cuantos “motochorros” robaron hoy, cuantos eventos hay, cuantas personas son mas o menos infelices y cuanta gente logra ser perfecta, transmitiendo aquello que es sólo superficial e innecesario. Lo peor de todo, es que aquello que se muestra y que se intenta dar a conocer, es también, en parte lo que la propia humanidad busca “conocer”, “saber”. En conclusión, me parece que la palabra seguridad está siendo tergiversada, ya que en realidad no es lo que muestran los medios como freno al robo, a la droga, a la violencia; Sinó que deberiamos pensar en la seguridad y la inseguridad del otro y no mirar nuestro propio “pupo”. En las posibilidades de los que no tienen respaldo de cuantos días mas vivirán, cuantos cartones juntarán, ni cuanto pan puedan comprar.
Aclaro, que no es una crítica a nadie en particular, sinó que busco criticar a la sociedad en general, al sistema que domina y al orden e ideologías que nos imponen, en donde se vacia la noción de unión, de interés por el otro y la idea de ayudar, de comprometerse. No me excluyo del sistema, pero realmente, considero que mi vida no es mejor ni peor por tener más cosas, ni por comprar ropa cara, sinó todo lo contrario.
Quiero impulsar, romper, quebrar ese “muro imaginario” que nos divide, y aunque sea una vez, sentirnos UNO y no un ellos. Interiorizarnos en el otro para luego ser un yo, y saber que no hay motivos para dudar, ni vacilar acerca de las convicciones de cada uno.


Y hoy pienso, sobre cómo miré a los ojos a aquél niño que me mostró su risita reservada y a la vez su mirada llena de soledad, tristeza y preguntas. Quiero mover, cortar, no escapar. Conocer-te, para luego conocer-me.

Muchachito de los juegos obligados que espera propinas para crecer, espero relatar nuevamente acerca de vos, yo todavía no sé quien soy.

Julieta Racimora

viernes, 22 de julio de 2011

Ciencia para todos

Quiero ser clara al señalar que todo lo que hoy tenemos alrededor  o podemos tener en nuestras manos es producto de hombres de ciencia. Se pueden curar enfermedades, se pueden evitar catástrofes, se pueden seguir descubriendo cosas sobre una cultura, la ciencia esta presente en nuestra vida diaria. Para que quede más claro  invito a que eches un vistazo a tu alrededor y te preguntes, ¿qué cosas de las que ves no fueron hechas con ciencia? ¿No es obvio que se convirtió en algo incondicional y, a veces, nos cuesta imaginar la vida sin alguno de estos objetos? La ciencia marca la vida de las personas, crea hábitos. Así podríamos llegar a que la ciencia es un sinónimo de cultura.

Cada país tiene su cultura, con ello su ciencia y en este mundo globalizado en el cual cada vez se homogenizan más todos los aspectos, la ciencia es muy importante no solo para el crecimiento tecnológico y de fuerzas productivas de un país sino también para el desarrollo de su sociedad y su capacidad para integrarse laboral como culturalmente.

No pretendo creerme con el tupe para intentar un análisis  sociológico al respecto, pero si señalar algunos hechos importantes que implican a la ciencia en  nuestro país.

Tecnopolis, Alterados por pi, Científicos Industria Argentina, libros sobre matemática, no existían hace algunos años. ¿Por que ahora interesa la ciencia? Escuchamos decir que los científicos vuelven a la Argentina, miles de personas visitan una mega muestra científica, TED(1),  llega a Bs As, y da una edición especial para jóvenes, estos son solo algunos ejemplos de un fenómeno.

Es obvio que algo pasa. Si, más medios de comunicación para difundir diferentes tipos de información, pero tiene q estar acompañado de algo más.  La sociedad cambió, ella es la consumidora. “La ciencia ahora tiene alto rating”,  afirmó Adrián Paenza, matemático y periodista, en una entrevista para el diario pagina 12 (2).

Sobre este “alto rating”  que esta teniendo la matemática por el programa Alterados por Pi que lleva su 4° temporada y recorre las escuelas de todo el país, Paenza se describe como un nuevo tipo de “estrella de rock”.

“Hay 400, 500, mil chicos que vienen a escuchar hablar de matemática. Yo estoy tan sorprendido como ellos. Ellos se quieren sacar fotos conmigo y yo me quiero sacar fotos con ellos, porque yo soy el impactado. Algo está pasando, pero no sé qué causó esto”, contó Paenza a Pagina 12.

Ya con bastantes pruebas que demuestran una nueva tendencia por la ciencia en el país, señalare porque, a mi entender, se dio esto.  Antes que nada hay que aclarar que este interés se da primero desde el ambiente político, esto, es lo que permite que se ofrezca a la sociedad argentina y esta pueda interesarse.

La creación del primer Ministerio de ciencia y tecnología en diciembre del 2007 es  la base necesaria para llevar a cabo proyectos que la incentiven.  Actividades para promover el valor de la ciencia como la gran Tecnopolis, el Programa RAICES que  facilita el regreso de científicos que deseen continuar su actividad profesional en instituciones del país, el Plan Federal de Infraestructura para la Ciencia y la Tecnología que abarca un pedido de financiamiento para realizar 50 obras destinadas a instituciones de investigación en 13 provincias, entre otros son sus funciones.

Una política que incentive la ciencia en nuestro país fue lo necesario para que su sociedad se vuelque a ella. Para que chicos de todo el país se amontonen y escuchen cuentos de matemáticas, para que los científicos argentinos sigan en la argentina, para que se cree una cultura en la que la ciencia no es para unos pocos.


 (1) TED es una organización sin fines de lucro dedicada a difundir ideas valiosas en todo el mundo. Más info en tedxbuenosaires.org

Brenda Unzué


martes, 19 de julio de 2011

Invitación a mirarnos el ombligo

Voy a hablar de mis dudas y criticarme a mi mismo y a mis colegas. Si hay algo  que revolotea por mi cabeza hace ya bastante tiempo, cual mosca en verano, es el rol que juega el periodismo en la actualidad. Más allá de los bandos antagónicos que se presentan en la Argentina, lo que realmente me produce incertidumbre es cuál es la tarea a ejercer de los periodistas, cuál es la responsabilidad y el compromiso que tenemos con la sociedad como informadores y formadores de opinión y cómo se debe realizar nuestro trabajo como agentes sociales de tanta importancia.

Ayer, navegando por Youtube como usualmente hago cuando no quiero estudiar, encontré el nuevo programa de la Tv Pública El Debate, conducido por Adrían Paenza. Obviamente, inquietas mis neuronas comenzaron a trabajar y sacar pequeñas conclusiones, a forma de tesis, sobre el periodismo. Y quizás no haya descubierto la pólvora ni haya inventado nada, pero al final pensé algo más o menos así: el periodismo no debe dar certezas, sino generar preguntas que lleven a la reflexión.

Lamentablemente eso es lo mezquino del pensamiento. Horas y horas de de transpirar la gota gorda para una reflexión de un renglón, pero bueno, es así. Es innegable el alcance que tiene hoy en día el periodismo en la población. A través de cualquier medio, sea la radio,  la televisión, el diario o Internet, las noticias llegan a la gente y dejan huellas en cada uno de ellos. Y entonces ahí me parece que es el foco de la cuestión. Si las noticias, como ya sabemos, llegan más que masticadas y opinadas al lector, oyente o televidente, ¿quién es el periodista para hacerlo? ¿Quién es el periodista para trasmitir sentido común y criterios de verdad? ¿Acaso son los dueños de la verdad absoluta?

Parecería tonto criticar de lo que uno mismo va a trabajar, pero en una segunda lectura, es una crítica constructiva –a mi entender- que aporta un granito de arena a la discusión del periodismo en el periodismo.  Si bien nadie puede discutir la formación profesional e intelectual de muchos de los trabajadores del medio, lo que hace ruido es cómo presentan su forma de ver la realidad como una verdad ineludible. Y, como todos sabemos, la subjetividad en el discurso periodístico es una verdad, por lo tanto habrá tantas verdades como escribas.

Por eso, como creo que los periodistas no seamos los dueños de las verdades sociales, políticas, económicas y culturales, sugiero a modo de teoría barata que el trabajo del periodista debe ser el aporte de datos fidedignos y partir de allí generar el debate. El trabajador de los medios no debe tomar a sus destinatarios como cajas vacías a rellenar de información banal en pos de construir un hombre que crea sin protestar ni chistar el discurso que se le está dando. No, todo lo contrario, debe tomar al consumidor de medios como alguien que ya tiene cierto bagaje ideológico y, por lo tanto, a través de la transmisión de los hechos generar debates que enriquezcan tanto a uno como a los otros.

El periodista debe ser quien genere reflexiones y críticas en sus destinatarios a partir de hechos de la actualidad. Ellos sabrán qué creer y qué pensar, pero es ese el trabajo, estimular la contraposición de ideas. El periodista debe dejar a veces sus pasiones más íntimas y arraigadas y  su cierta soberbia profesional para así lograr que en verdad se genere, cada vez más, una elevación y un enriquecimiento de los contenidos.

Sin ser apocalíptico, creo que los periodistas nos hemos transformado en opinólogos profesionales, personas que porque su profesión lo amerita, han secuestrado la verdad y la van escupiendo  de a pedazos dependiendo a cómo les convenga.  Por eso, a modo de mandamientos  periodísticos berretas que pueden producir un pendejo de 19 años, propongo que seamos dignos, defendamos nuestro trabajo y vocación, protejámonos entre nosotros, cuidemos las palabras que tanto nos darán de comer y, por sobre todo, hagamos respetar, lo más fielmente, el Derecho a la Información  tanto se merece nuestra sociedad. Nada de malo tiene no tener certezas, sino que lo importante es tener buenas preguntas. "Juzga más al hombre por sus preguntas que por sus respuestas”, dijo un día el sabio Voltaire.

sábado, 16 de julio de 2011

Un par de sienes ardientes que son todo el tesoro.

¿Es preocupante que un ciudadano sienta la necesidad de votar en contra y no a favor? Si, es preocupante, pre-ocupante. En estos días mucho se habló de las elecciones porteñas y del triunfo de Macri. Algunos sintieron asco, otros sintieron bronca, yo siento PENA y decepción porque la principal causa es la falta  de creencia  en ideas y  proyectos.
  Esta pre-ocupación está empezando a nacer, y eso es lo que importa. Igualmente ya no la deberíamos llamar pre-ocupación, sino simplemente ocupación. Esta ocupación que busca que los jóvenes, siendo el principal eslabón de un futuro más sensato, CREAN en sus propias ideas y que SIENTAN que realmente se está haciendo algo por esta nación que mucho costó construir y por la  que muchos argentinos lucharon.
  Décadas atrás, precisamente treinta y cinco años atrás, se produjo un quiebre en la historia de la juventud. El vaciamiento de ideas, creencias, ideologías y de proyectos a futuro produjo un caos que va a costar años y años de remendar. Personas que fomentaron que la Juventud sea un cúmulo de adolescentes que sólo se interesen por cosas triviales dejando de lado las ideas, los proyectos, los SUEÑOS, sin comprometerse, dejando que “la política” la hagan “los políticos”, o los que decían ser “políticos”.  Y así fue, de sujetos a objetos tan veloz y ferozmente que las pocas “ideas” se destruyeron en medio de la desesperanza y la desazón. Los jóvenes pasaron a ser un nuevo estrato social al cual los grandes mercados se dirigían directamente, disparándoles con nuevos productos de consumo, creando una sociedad aún mas dependiente de este modelo capitalista, donde no importan las ideas sino que marca de Jean se usa. Pero no voy a profundizar sobre esto. Al fin y al cabo creo que todos somos cómplices de él y vivimos en él, por eso sería hipócrita de mi parte ponerme en moralista.
  Si tantos años atrás Aristóteles pudo darse cuenta de que el hombre es un animal social que se relaciona políticamente, ¿Porqué hoy en día sigue habiendo gente que se jacta diciendo que la política se hace de los “comités” o “centros de reunión”? ¿Porqué sigue habiendo gente que no cree en las palabras?... Esto es lo que nos debe preocupar, esta  gente que no cree en las palabras, en las ideas, es la que va a las urnas no para defender sus ideales sino para  atacar los  de otros porque no tiene propios.  Y la falta de ideas propias viene de la mano de la ignorancia o, mejor dicho, para no herir susceptibilidades, “desconocimiento”. Hago hincapié, por supuesto, que mucha gente si está envuelta en la ignorancia, pero eso ya es un capítulo aparte.
   Este cambio de cosmovisión nos va a llevar años pero el camino ya está iniciado. No quiero parecer utópica con mis palabras pero todos en la vida debemos tener algo en que creer. Y yo empiezo a creer en esto, en que las ideas a través de las palabras pueden ser el impulso para erradicar este “desconocimiento” y fomentar el nacimiento de nuevos proyectos en estos ciudadanos. La democracia está empezando a dar sus frutos y está en nuestras manos  que el rumbo no se devíe. Hoy como futuros comunicadores debemos saber que el cambio está en nosotros, no permitamos que derriben nuestras ideas, no permitamos que nos hagan creer que las palabras no sirven.
No dejemos que nos quiten los sueños, como lo hicieron aquella vez. Hoy nuestra generación tiene todas las armas para crear ese futuro que muchos argentinos buscaron. En nuestras manos está como  las vamos a utilizar. ¡Este asunto está ahora y para siempre en tus manos, nene!   


Dale vida a los sueños que alimentan el alma, 
no los confundas nunca con realidades vanas. 
Y aunque tu mente sienta necesidad, humana, 
de conseguir las metas y de escalar montañas, 
nunca rompas tus sueños, porque matas el alma. 

Dale vida a tus sueños aunque te llamen loco, 
no los dejes que mueran de hastío, poco a poco, 
no les rompas las alas, que son de fantasía, 
y déjalos que vuelen contigo en compañía. 

Dale vida a los sueños que tienes escondidos, 
descubrirás que puedes vivir estos momentos 
con los ojos abiertos y los miedos dormidos, 
con los ojos cerrados y los sueños despiertos. 

Mario Benedetti
                                           

Miriam Martos.





Al final, el voto no fue tan negativo.

Hace tres años el televisor quedaba de fondo, expectante, viendo si pasaba algo. Intentando averiguar realmente que era eso que ocurría y que nos dividía en dos. Una división que generaba fervorosos defensores de uno y otro lado.
Aquél 16 de julio de 2008 el televisor se prendió a las cuatro de la tarde, en vísperas de la decisión tan trascendental, y se apagó recién a la noche, para encenderse luego a las seis de la mañana.
Y fue a las seis cuando el videograph de TN (era el canal en que se apagaba casi siempre la tele, lamentablemente) anunció que la resolución 125, tan controvertida, no se iba a aplicar.
El presidente del senado, vicepresidente de la Nación, había votado en contra de las aspiraciones del gobierno que representaba. Su voto ‘’no positivo’’ marcó un momento sumamente importante de la historia política reciente: fue, en cierta manera, refundacional.
Aquella experiencia dejó distintas certezas y sensaciones. La primera de ellas, que aprendió la señora presidenta de la Nación para las futuras elecciones, es que elegir a un transversal como su ladero, un radical K (más radical que K) evidentemente no era lo correcto. Su consecuencia: la elección de quien ella misma definió como una de las personas más leales al movimiento, el ministro de economía Amado Boudou, para que la acompañe en los comicios a disputarse en octubre.
Inmediatamente Julio Cobos volvió a ser parte del radicalismo, el centenario partido que lo había expulsado por aliarse con peronistas, debido a la ‘’defensa de sus principio’’.
Pero, lo más significativo de esta situación fue la división en dos que experimentó el país.
La misma gente que se aterroriza ante la inflación apoyó con uñas y dientes la causa del campo (quien, a la larga o la corta, termina fijando el precio de la mayoría de los alimentos). Un campo que se sentía casi expropiado al ver, en su teoría, disminuida su capacidad de ingreso debido a la movilidad de las retenciones. Movilidad que le hubiera sido totalmente beneficiosa, ya que su calidad les hubiese permitido pagar una suma considerablemente menor de retenciones del futuro precio de la soja. Nada se dio como lo previsto y su precio internacional no llego casi a 800u$s como los representantes del campo esperaban, sino que se estancó en 600 u$s, lo que hubiera generado un pago del 30% y no del 35%. En definitiva, perdieron dinero.
Esa gente es la misma que apoyó y, en algunas ocasiones, integró la mesa de enlace del campo, que tuvo como mayores representantes a la Sociedad Rural Argentina y a un caudillo campestre, un Luis D’Elía con boina, Alfredo De Angeli.
Esa misma militancia pro-campo dio mayor vida a su contraparte. Menos de un año antes el kirchenrismo había logrado la continuidad en el poder con algo más del 45% de los votos. Si bien la militancia e integración de jovenes que estaba logrando era evidente, todavía la adhesión popular podía verse ‘’blanda’’. No se definía bien si el apoyo de poco menos de la mitad de los argentinos se fundaba en un periodo de estabilidad económica o la identificación con el proyecto nacional y popular.
La cuestión es que durante la discusión que generaban retenciones móviles o retenciones fijas (fueron unos meses en que todos nos volvimos cuasi-economistas), el lock out patronal, el paro del campo e infinidad de etcéteras las masas volvieron a tomar posición. Los ataques del Grupo Clarín hacia el gobierno se hicieron constantes y allí estalló el interés político latente que muchos teníamos dentro.
Dos posturas antagónicas se definieron: los kirchneristas y los antikirchneristas, una división con muy pocos grises entre medio. Quizás sea la tercera polarización de la sociedad argentina luego de la que se diera entre unitarios y federales (aunque quizás no se pueda tomar como ‘’polarización de la sociedad argentina’’, dado que la misma no estaba aún conformada) y peronistas y antiperonistas.
El poder que fue tomando La Cámpora para incorporar jóvenes sedientos de vida política fue exponencial desde entonces, situación que logró que hoy, tres años después, su presencia en el presente político del país sea muy importante en cuanto a cantidad al menos.
Luego, tan solo 7 meses después de la negativa de Cobos, nacía 6-7-8, el programa kirchnerista por excelencia que tiene nuestra televisión pública.
Simultáneamente, y desde entonces, los ataques de Clarín no cesaron en sus intentos por desestabilizar al gobierno nacional y popular. Pérdida del equilibrio que no se logró dado que, si bien se supo imbuir a una masa importante, aunque a mi entender minoritaria en efectos políticos, de una indiferencia y hasta odio casi visceral por el kirchnerismo.
A pesar de haber conformado una mesa de enlace con miembros del campo que hasta se terminaron distanciando entre ellos, de haber dado un impulso político al neoliberal Macri pese a sus políticas polémicas, discriminatorias y, frecuentemente, separatistas, de haber hecho una causa nacional de cada situación que pudiera perjudicar al gobierno liderado por Cristina Fernández, la oposición no pudo conformarse solidamente aún.
La premisa ‘’divide y reinaras’’ es, ésta vez, más real que nunca. Si bien el ‘’divides’’ no viene desde arriba (no fue necesario segmentar lo que nunca supo estar entero), el ‘’reinaras’’ es efectivo.
Un partido sólido y con gran adhesión popular no puede ser enfrentado por 5 oposiciones que entre todas no logran juntar mayoría para ganar una elección.
Sin embargo, y a pesar de no tener representantes claros, la oposición existe. Si bien es militante en mucho menor medida que el oficialismo, hay gente que se levanta para decir ‘’esto no me gusta y quiero cambiarlo, quiero cambiarlo yo con los míos’’.
Aquí está el punto y lo realmente importante. Aquel ‘’voto no positivo’’, en realidad lo fue. Si bien no generó el tambaleo institucional que se temía en un principio (que a mi entender fue el objetivo de todos los contrarios al gobierno de Cristina), se lograron resultados positivos en cuanto a la vuelta del diálogo político entre la gente de a pie. Hoy, nada más que tres años después, los jóvenes debatimos, proponemos y nos interesamos. A favor o en contra, le guste a uno o no le guste, hemos vuelto a pensar que vivimos en una comunidad amplia que se extiende más allá de los límites de nuestras casas. Hemos tomado consciencia de que vivimos en sociedad y que lo que le pasa al de al lado también es importante.
La militancia y la opinión volvieron y, espero, que para quedarse por mucho tiempo. Festejémoslo.


Por último, y a modo de conclusión, dejo una frase del dramaturgo alemán Bertolt Brecht. Si bien en alguna parte suena agresiva, es bueno tener en cuente su reflexión. Llámese a ese analfabeto a entender y opinar. Nosotros somos el futuro.

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".



Facundo Benedetto

viernes, 15 de julio de 2011

Es un Hasta Luego

Un sentimiento de profunda tristeza me invade mezclado con un sinfín de recuerdos que
sobrevienen a mi cabeza, al momento en que los pañuelitos descartables se convierten en mis mejores amigos y las incansables lágrimas que recorren mis mejillas terminan por mojar el teclado.
Es la pérdida de un ser querido, un estandarte en mi vida. Cuando digo pérdida me refiero a la desaparición física ya que por otro lado sé que aquellos a los que amamos tanto no nos dejan nunca y nos acompañan a lo largo de nuestro camino trazando ese sendero que se  denomina comúnmente "vida".
La frase "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde" no es aplicable a mi persona. Es por eso que de a ratos muy pequeños, la tranquilidad de saber que dí todo por él y que
disfruté cada momento al máximo, se hace presente.
A pesar de la enfermedad que venías arrastrando hace ya un largo tiempo, era impensado tanto para mí como para toda mi familia que te nos ibas a ir.
Estoy destruido y siento que mi mundo se derrumba pero sé que tengo que seguir para
adelante, como vos hubieras querido.
La sensación de tristeza es inminente con cada recuerdo, con cada anécdota y el vacío
que dejaste se denota en el silencio de tu casa, esa casa en la que tantas veces lloramos
por ver a Boca ganar y tantas otras decepciones nos dejó.
Estas situaciones te hacen darte cuenta de cuan menos importantes son las cosas que nos
ocurren diariamente, las lágrimas que se derraman en vano a lo largo de la vida ya sea por golpes, peleas con amigos o cualquier otro tipo de cosas que no ameritan un llanto. Las  verdaderas lágrimas deben ser derramadas en estas despedidas. Me gustaría decir despedida parcial porque sé que en algún momento nos vamos a encontrar, estés donde estés para seguir juntos como lo hicimos en estos 19 años de vida. Por eso digo que no es un chau, sino hasta luego abuelo. Sé que vos allá estás mejor, ya no sufrís y eso me tranquiliza. Vos me vas a dar fuerzas para poder superar esto y me vas a acompañar dentro de mi corazón, en cada pensamiento porque nunca voy a olvidar que fuiste, sos y serás un pilar en mi vida.
Estos son los días más tristes de mi vida y creo que al igual que los momentos felices,
marcan un antes y un después, son imborrables. Nunca había sentido tanto dolor como el que se palpa en un velorio, más aún si se trata de un ser tan cercano a vos. Afortunadamente  en estos momentos los verdaderos amigos se hacen presente y pasan a ser parte de tu familia, conformando todos juntos un círculo de unión y amor que es lo que uno necesita en estas situaciones.
La verdad es que este momento hizo que el objetivo de mi texto diera un giro de 360 grados, ya que era otra mi intención, pero qué más importante que la pérdida de un familiar.
Llevo ya varias horas pensando y llegué a hacer una reflexión de todo esto. El llanto y las tristezas vienen solas, no hay que buscarlas. Debemos disfrutar cada segundo de nuestras vidas, para malos momentos ya habrá tiempo y estos vendrán sin que los busquemos. Seamos  felices y nunca nos alejemos de nuestros objetivos, al final lo demás ¿de qué vale?.

FREDID ABATE, eternamente conmigo y en mí..Hasta luego.

Julián Abate

miércoles, 13 de julio de 2011

ELECCIONES


Cuando estaba en sexto grado, la maestra nos enseñó a votar. Me acuerdo que fue algo que preparamos durante varias semanas. Nos dividimos en distintos grupos, algunos de los cuales eran el pueblo, y otros los representantes de los distintos partidos políticos. Los chicos que estaban a cargo de los partidos, debían inventar un nombre y organizar una campaña, dando las razones por las cuales, los chicos que formaban parte del pueblo debían votarlos.

El día de las “elecciones”, teníamos todo preparado en el pasillo. La maestra era presidente de mesa, teníamos una caja de cartón a modo de urna y hasta una libreta de papel que usamos como documento nacional de identidad. Ese día estaba ansiosa, tenía ganas de ir a votar, estaba segura de mí misma y me sentía orgullosa de poder estar haciéndolo, de poder elegir a mis representantes.

En ese momento la elección de a quién votar se hizo muy sencilla. No elegíamos a quienes creíamos que mejor nos representarían, sino a aquellos partidos que incluían a nuestro mejor amigo, o al que tenía el mejor nombre, o el mejor slogan.

Hoy la situación es distinta, hoy me toca elegir en serio. Pero mi pregunta es, ¿por qué ahora me resulta tan difícil la elección? Siento que tengo en mis manos una responsabilidad enorme y, en parte, lo es, ya que elegir a quienes van a tener en su poder el futuro de mi país no es algo que ni yo, ni nadie debería tomarse a la ligera.

Faltan tres meses para las elecciones de Octubre y cada día que pasa me dan menos ganas de ir a votar. Nada de lo que vi en la televisión o leí en los diarios me convence de que uno u otro candidato es el mejor de todos. Nada de lo que vi, leí, o escuché en los medios me ayuda a tomar esta decisión tan importante.

A pesar de que me gustaría, entiendo poco y nada de política. Creo que en parte es porque nadie hace lo que dice que va a hacer. Todos se llenan la boca de promesas vacías, que suenan hermosas en la teoría pero que son casi imposibles de llevar a la práctica. Todos prometen cosas que si bien parecen profundas son en realidad superficiales.

¿Alguien se acuerda de los pueblos originarios, de los chicos que se mueren de hambre y de sed en la calle, del estado en que se encuentra no sólo los edificios de las escuelas públicas, sino también la educación en general? Todos lo hacen al momento de la campaña, pero hayan ganado o perdido, después de las elecciones todo eso y muchas otras de sus promesas, vuelven al olvido.

Siento que no puedo confiar en ninguna de esas personas que hoy están en todos los medios y empapelan las calles con sus caras. Y no confió porque de una forma u otra siempre te enteras de que uno es un corrupto, el otro es mentiroso y el que le sigue es un ladrón.

¿Cómo se supone que elija a alguna de estas personas para que manejen mi país por los siguientes cuatro años cuando no confió en ninguno de ellos?

Honestamente, no lo sé.

Pero por suerte tengo amigos que entienden un poco más que yo, que de alguna forma lograron confiar en uno o en otro, y que están dispuestos a ayudarme a elegir sin pretender que elija lo mismo que ellos.

A esta altura estoy insegura de muchas cosas, una de ellas es de lo que me espera en Octubre. Lo único que se, es que el Domingo 23 de dicho mes, me voy a presentar en la mesa que me corresponda, voy a votar por primera vez y a quien yo considere que mejor representará los intereses de todos los argentinos.  

Paula Chianelli. 

RESPETO

Ayer, domingo 11 de julio, fui a votar por primera vez. Es algo que no ocurre todos los días y confieso que me dio una sensacion de responsabilidad que nunca habia sentido (y eso que me considero una persona sumamente respnsable). Senti la mirada de toda una nación que miraba, como una madre cuando busca una respuesta de sus hijos. Por otro lado, senti una fuerte sensacion de libertad, esa que me dejo expresarme según mis convicciones, que más allá de que tome la decisión en cuanto a lo que yo creo que es lo mejor y más allá de los resultados de la elección, nadie va a poder negarme que lo hice de manera conciente. Nadie. Estoy muy seguro de las listas que puse en ese sobre y seguro de haber puesto ese sobre en la urna.
Desde que tengo memoria, siempre mantuve una posición definida, siempre acepte la posicion de otros, la comparti en algunos casos y en otros simplemente acepté. Nunca me gusto el maldito antagonismo, que es un cancer en la Argentina, y no me refiero a clásicos de fútbol barriales (Boca-River) o simples marcas de auto (Chevrolet-Ford) o en cuestiones de conceptos absolutos (vida-muerte), me refiero al ya conocido "estás de este lado o estás del otro". Siempre negro o blanco. Sin embargo, sigo creyendo en un gris. En algún lugar existe, pero mucha gente no lo conoce.
Se me ha tildado en ámbitos como mi familia, grupos de trabajo y amigos por personas que creen conocerme y a veces solo critican el detalle, como un "panqueque" o "dadovuelta" y hasta el clásico "se casa con todos". Lamento anunciarles que no es así. Se han equivocado. Que no pertenezca a un grupo determinado o que en general no comparta TODAS sus ideas, no me impide que reconozca que haga cosas que están bien. Ni que el pertenecer a otra fuerza o grupo o partido, o lo que demonios sea; me permita hacerme una autocrítica personal o grupal. Trato de ser objetivo y considerado a la hora de evaluar lo que yo hago o lo que hacemos (hablo de mis grupos de pertenencia), y además me considero una persona ubicua y adaptable a la hora de conformar grupos. Eso no quiere decir que quiera caerle simpático a todos y que todos me caigan simpáticos. Pero no soy falso, no me meto a criticar ni a levantar la voz si no conozco o no sé (intento no prejuzgar a nadie) y siempre trato de remitirme a los hechos. Aunque muchas veces piense con el corazón y esto, (para algunos) juega en contra. Siempre intente respetar a todos, más si no lo conozco, por lo tanto pido lo mismo. Y creo que me lo merezco. Porque no denigro, por el solo hecho de que no es un acto moral. Porque el respeto es un derecho y también una obligación.
Diría muchas cosas más, pero tal vez no es el medio ni la forma.
Apuntemos a superarnos, seamos abiertos a las opiniones distintas, dejemos crear y recrearnos en el otro. Miremos al que está a nuestro lado, seamos plurales. AMEMOS a nuestros compañeros, amigos, enemigos, referentes, familiares, etc.
Los jóvenes no llevamos ninguna carga que no podamos soportar.

Juan Gauna

sábado, 9 de julio de 2011


No escribo esto en un acto de furia ni mucho menos de rabia sino que realmente siento un profundo aire de desconcierto y preocupación que me provocó  pensar en redactar estas líneas.

Este mismo día, hace ya bastantes años, un grupo de idealistas  se cansó de la opresión y bajo el manto de una Nación, que quería constituirse como tal, decidió ponerle fin a su dependencia total hacia una Monarquía que le obstruía su capacidad de desarrollo y  al mismo tiempo, le negaba la capacidad de reconocerse como un territorio autónomo.
Hoy en día tal Monarquía no existe. Lo que nos obstruye la capacidad de desarrollarnos dejo de ser un ente burocrático y pasó a ser una simple pero perversa acción que es parte del día a día y se tiene poca conciencia de su concepción y repercusión. Los actores cambiaron, como también, las costumbres y valores de estos últimos.  Pero las cosas por que luchar y defender, afortunadamente, persisten. Y créanme, ésta, a la que hago alarde en este escrito, no es la única.

Hacia una interpretación sobre la identificación y la socialización
Para saber quien sé es y que se quiere ser es primordial un proceso de identificación que, al mismo tiempo que construya mi personalidad, me constituya como un “yo autónomo” que posea conciencia de mí mismo y que sea capaz de introducirme las primeras herramientas para la socialización.
Para definir algo, una acción un objeto o lo que fuere, la opción más fácil es contrastarlo con lo que no es. Es decir: “soy esto” entonces “no soy aquello”. El proceso de identificación de una persona, cualquiera sea, atraviesa este momento.
¿Pero la constitución de mi propia personalidad conlleva intrínsecamente la diferenciación con otra que no sea la mía? En parte sí, en parte no. He aquí la ambigüedad de la respuesta y el foco de la cuestión, la diferencia.

La diferencia en el ojo de la tormenta
Las diferencias existen, siempre existieron y van a seguir acompañando al ser humano hasta el fin de su existencia. Las hay de todas formas: de género, raza, etnia, ideología, tamaño, conocimiento. La lista continúa. Las distinciones son imposibles de evitar, si por algo resaltan es porque justamente son distinciones, separaciones.
Pero, es quizás la forma de aplicación de las diferencias por parte del hombre y la mujer lo que realmente hace ruido. Claramente, la manifestación más explícita y aborrecible de la distinción es la discriminación, sea cual fuere. No obstante, hay que ser cautos a la hora de analizar este término ya que discriminar, si sólo nos quedamos con su vacía definición enciclopédica, es “diferenciar, separar una cosa de otra”, pero es el acto de la discriminación lo que se quiere criticar y no una sencilla  descripción de su significado.
La discriminación es algo que abunda y abunda y de lo que nadie ni nada queda exento. Entonces ¿Qué?, ¿Tendríamos acaso que aceptarla? Y ponernos de acuerdo y admitir ese concepto que dice: “si me discriminan, yo discrimino”. Para nada, ahí sí que todo estaría perdido. Devolver con la misma moneda es algo a lo que por lo menos, los que estudiamos y creemos en las Ciencias Sociales, no debemos someternos nunca.
La discriminación no sólo diferencia sino que excluye y, lo que es aún peor e inconcebible,  fomenta autoexclusión por parte de aquellos que son discriminados. ¿Qué derecho tiene una persona a excluir a otra? ¿Por qué lo hace? ¿Disfruta hacerlo? ¿Realmente sabe lo que una  persona siente, vivencia al ser discriminada, incluso, delante de otros terceros?  Estas, y muchas otras, son preguntas a las que las Ciencias Sociales tiene la obligación de encontrar respuestas, pero no cualquier tipo de respuesta. Todo lo contrario, respuestas que construyan y concienticen acerca de este problema.
 Sí, dije problema, e insisto, es un gran y horrible problema. La anulación y la desacreditación de una personalidad, una idea, una raza por orden de la discriminación es la pérdida de subjetividad de esa persona que es discriminada, ¿Quién puede entonces negar que la discriminación no sea algo a resolver de manera primordial?
 Muchos podrán decir : “ pero al poner a las Ciencias Sociales  en ese lugar estarías privando, discriminando, dejando de lado a cierta gente, que ¿Por qué no podría hacerlo?. Volvemos aquí a la ambigüedad del término al mismo tiempo que vale aclarar que esta inclinación tiene que surgir dentro del campo de la Ciencias Sociales no sólo porque aquellos que ahí dentro se forman tienen las competencias para perseguir ese objetivo, esa utopía hermosa (¿qué sería de nuestra vida sin ella?, dicho sea de paso), sino porque es su deber y además,  y, desafortunadamente, son pocos los interesados en encontrar esas respuestas.
Otros tantos se preguntarán: “Pero este escrito ¿en qué se relaciona con el periodismo y los Medios de Comunicación?”






La discriminación y los Medios de Comunicación

El principal rol de los Medios de Comunicación se apoya en tres aspectos fundamentales: informar, entretener, formar y consecuentemente se desliga un cuarto aspecto: generar opinión.
Detengámonos en los últimos dos que son los que, por el momento, nos atañen. En un contexto en el que los Medios de Comunicación forman parte elemental en la constitución y en el devenir de las personas, ya que prácticamente las atraviesan en todas los ámbitos de la vida, estos dos últimos conceptos deben tomarse con más conciencia a la hora de elaborar contenidos.
Muy posiblemente, el formato en donde más queda evidenciada la falta de conciencia, quisiera creer que es sólo esto,  por la elaboración de sus contenidos y su repercusión en el colectivo social, son las publicidades. No vale la pena describirlas, todos sabemos que proponen y a que apuntan pero, es menester aclarar, que no hay que generalizar. Las publicidades conservan en su interior un gran sesgo de división y diferenciación que expresada por medio de los medios llega a la sociedad en su conjunto.
Naturalmente, esto es negativo y trae consecuencias, está claro.
Por otro lado, al mismo tiempo que hay contenidos que inconscientemente, o no, fomentan las discriminación hay otros, los mínimos, que la repudian y tratan de concientizar acerca de esta miseria humana.
Es por eso que me planteo y me pregunto cómo hacer para que esos contenidos, que apuntan a entender la diversidad y enmarcarla bajo la tolerancia y la cohesión social, tengan el efecto que realmente se busca.
Evidentemente, hay una gran barrera: la agenda setting. No es primordial para los medios tratar ciertos temas  no porque no les sea de interés sino porque “no es lo que se quiere ver, escuchar, leer”. Es entonces donde el periodismo y los comunicadores tienen que hacer valer su compromiso social y replantearse cómo y cuánto se tratan ciertos temas y de qué manera hacerlos  visibles, audibles y legibles para la sociedad.
¿De qué sirve saber de memoria los criterios de noticiabilidad de Martini si no se comprende que lo que realmente es necesario ejercitar, aprender y comprender es el compromiso social que esta profesión conlleva?
 Pobres de aquellos que así no lo entienden porque están renunciando y desligándose de algo que les es propio y debe definirlos como tal, le pese a quien le pese.
quisieron
Pues entonces, 195 años después de aquellos idealistas que resolvieron independizarse de un modo de vivir y pensar, ¿será posible en el siglo XXI  independizarse de un modo de pensar y actuar?
El primer paso es claro y evidente: desprenderse de los prejuicios para poder entender, interpelar y pensar en el “otro”. Ya que esto es condición básica para desterrar los juicios discriminatorios, sea cual sea la persona, institución, profesión u oficio que se lo proponga. Sin esta condición no hay desarrollo posible, por lo menos el que yo comprendo cómo fundamental, el que ubica a la cohesión social por sobre todas las cosas no el que me indica cómo invertir económicamente mirando mi propio ombligo.


No es fácil creer o pensar en que los Medios de Comunicación tienen también que ocuparse de estos temas y ayudar a dar un paso adelante en su resolución pero si fuera fácil no estaría escribiendo este escrito y esta utopía no sería un objetivo a perseguir.


Gonzalo Joaquín Palese.

viernes, 8 de julio de 2011

LIBRE


El pasado 25 de junio se promulgó la ley de matrimonio igualitario en Nueva York que establece la posibilidad de que las parejas del mismo sexo puedan casarse en igualdad de condiciones con las parejas heterosexuales.
Yo me pregunto. ¿Por qué cuesta tanto lograr este tipo de leyes en el mundo? ¿Esta no es otra era?
Ya va casi a ser un año que esta ley se mantiene en pie en nuestro país. Gracias a ella  se han podido casar cientos de personas que se amaban y antes no podían, decenas de niños sin hogar pudieron ser adoptados por familias deseosas de acogerlos y  amarlos teniendo también así nuevas ventajas como poseer obra social o la posibilidad de heredar bienes. Por esta cuestionada ley cientos de miles de personas lograron ser felices.

En su momento recordaran que las senadoras “Chiche” Duhalde y Liliana Negre de Alonso manifestaban que la sociedad argentina estaba perdiendo su identidad por este tipo de leyes aberrantes. Que en un futuro, los hijos adoptados por padres gays serían marginados por los demás, discriminados por su condición de hijos de padres del mismo sexo y  proponían la idea de que dicho niño podría cambiar su polaridad sexual o frustrase de alguna manera en el desarrollo de su personalidad, es decir, volverse gays como sus padres.

¿Era necesario? ¿Era necesario decir este tipo de cosas sabiendo que eran mentira?
Es sabido que distintos estudios dicen que los hijos a cargo de un matrimonio homosexual usan los mismos juguetes preferidos que los niños a cargo de familias heterosexuales, así como eligen los mismos programas de televisión y los mismos héroes del cine. Tampoco hay indicios de una mayor frecuencia de inclinaciones homosexuales. Sabiendo esto ¿Por que dicen semejantes mentiras en todas partes del mundo?

La verdad que la única explicación que encuentro es que este tipo personas siguen pensamientos e ideologías trogloditas y medievales, que creen que la familia debe estar compuesta por un hombre y una mujer porque así lo desean Dios y la Biblia.
Bueno, basta. Ya no estamos en épocas donde se valoren estas ideas antiquísimas. Donde se les deben quitar derechos a los demás por el solo hecho de ser distintos. Ya no vivimos en un mundo así, donde se debe promulgar la igualdad y la libertad, donde la armonía debe ser la clave para llegar a la felicidad, vivimos en un mundo romántico, donde el amor es lo que nos debe mover.
Esto lo entendieron los treinta y tres senadores que votaron a favor de la ley esa noche fría de julio del año pasado. Entendieron que las sociedades cambian y que los valores de antaño no son los mismos que los de ahora, entendieron que la igualdad es la bandera que se debe llevar encima, y no la de opresión como quería y siguen queriendo algunos.

A diario nos encontramos con este tipo de personas cuando se tratan temas sobre igualdad y libertad social, como por ejemplo, la despenalización del consumo, donde aparecen personajes fascistas como Claudio Izaguirre diciendo que cultivar una planta es delito o la ley de medios audiovisuales y los grupos monopólicos o el aborto asistido para que dejen de morir miles de mujeres en clandestinidad, cosa que no entienden personas como Bergoglio. Mi opinión (sin presionar a nadie) es que los que apoyamos estas ideas nos movilicemos, tratemos de llevarlas desde donde podamos, como hicimos con la ley de matrimonio igualitario, que nos informemos y charlemos, y nos asociemos, pero por sobre todo que seamos tolerantes con respecto a los deseos de los demás y como dije antes, esto se puede lograr sólo a partir del amor y no de la opresión como estos agresivos quieren forzarnos a pensar. Estas leyes las vamos a poder llevar a cabo si nos unimos con compromiso.

La Libertad
nació sin dueño
y yo quien soy para colmarle cada sueño.

Yo te quiero libre y con buena fe
para que conduzcas
tu preciosa sed.

Yo te quiero libre,
libre de verdad,
libre como el sueño
de la libertad.

(Silvio Rodríguez)

miércoles, 6 de julio de 2011

Inconfesión

Voy a destinar unos renglones para explicar por qué no quiero llamar a este texto “confesión”.
Esta palabra está asociada al catolicismo, y “limpiarme” de pecados para recibir el “perdón divino” no es precisamente mi objetivo. Llorarle a alguien por arrepentirme de mis acciones para poder así “ir al paraíso” es algo que no creo en absoluto.

Es, a mi criterio, desatinado. Es un legendario mecanismo para imponernos más y más límites, para ‘amoldarnos’ y que nos guste esa horma de cristal ficticia. Varias palabras vienen aparejadas: conformismo, subordinación, temor, exigencias.

Claro que a algunas personas encuentran refugio en la iglesia y en todo este tema de la confesión, y me parece bien si eso les saca una sonrisa. Una sonrisa, en algunos casos, no viene mal. Pero seamos concientes de dónde y cómo se origina. Hay un enceguecimiento masivo que no comparto y que la iglesia incentiva. Digo iglesia y no digo ‘curas’ porque más allá que muchos me parecen hipócritas, no meto a todos en la misma bolsa. Yendo al punto, sintetizo: no te creo iglesia, me caes mal. No voy a usar tu palabra.

“Gente, he venido a inconfesarme.” A contar sobre las cosas que no me arrepiento de hacer ni de pensar. Libre. Muy libre. Infinitamente libre y feliz de poder expresar lo que se me pasa por la cabeza. Libre de poder equivocarme y que la vida me siga dando oportunidades para crecer un poco todos los días. Libre en esta realidad que es el hoy, el aquí y el ahora. Libre de reírme de mis errores, y libre de cambiarlos como yo quiera. Libre de actuar y dejarme llevar por lo que siento. LIBRE.

Respiramos una libertad que no todos tuvieron ni tienen. Tenemos educación, uno de los pilares básicos; tenemos criterio de opinión; tenemos acceso a la información; podemos recorrer kilómetros con un par de monedas en el tren o en colectivos; tenemos tanto más de lo que creemos tener…

¿Qué hacer con tanta libertad?

No autoesclavizarnos.

Como actuales actores sociales (actuales, NO futuros) tenemos que exprimir al máximo esa autonomía para poder realizar el cambio que muchos de nosotros buscamos. Salir (¡de una vez y para siempre!) del guión rígido del día común.
Para mi el verdadero cambio, el que nuestros ojos pueden ver, tocar y sentir, es aquel que parte de uno. Esto puede parecer “figurita repetida”. Cuántas veces habremos escuchado esa cursilería de que ‘el cambio empieza por uno’. Hasta Mambrú lo cantó. Pero saliendo del discurso vacío, vayamos a algo que nos llene.
Para generar conciencia de las cosas que pasan en el mundo, tenemos que ser PRIMERO concientes nosotros. Y eso no se consigue conformándonos con el estereotipo de día estudiantil: ir a la facultad, volver a nuestras casas, leer las noticias… putear las noticias, putear el noticiero, estudiar, comer, dormir ¿Va de nuevo?
No caigamos en el alineamiento. Y yendo más allá, no caigamos en el conformismo. Que no nos de plena satisfacción describir en 400 palabras el mundo que nos rodea, hagamos algo para cambiarlo o para incentivar las cosas que se hacen bien.

Esto se hace, actuando. Viviendo. Arriesgando.

No tengamos miedo de un día tomarnos un colectivo a una escuela en una villa, hablar con algún profesor y preguntarle “¿qué pasa? ¿qué falta? ¿te puedo ayudar en algo desde mi lugar?”. No tengamos miedo de preguntarle a una mujer de un country cuál es su compromiso para con la sociedad. Y si nos dice ‘ninguno’, no ir a nuestras casas corriendo, desesperados, a escribir un ensayo sobre las mujeres “huecas” del country. No. Así-no-habrá-cambio. Seamos astutos, involucrémonos con la mujer (en la medida que haya un mínimo interés) y mostrémosle ingeniosamente la cantidad de cosas que hay para hacer. Y si esa mujer entiende el mensaje que queremos transmitir, considerémonos exitosos.
Se que parecen ejemplos utópicos ¿Y qué? Galeano se encargó de describir a la perfección qué es la utopía:

“Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar." (Eduardo Galeano)

No seamos tan mansos (SI, dije mansos) de elegir quedarnos en nuestras casas antes de ir a una manifestación de algo que apoyamos. No seamos tan asquerosos de no involucrarnos con gente que no conocemos o que no ‘tienen pinta de’ pensar y ser como nosotros. Hay muchas historias que merecen ser contadas. Pero antes que eso, que merecen ser escuchadas, entendidas y analizadas.
Para contar las cosas, primero las tenemos que hacer carne. Así SI vamos a entender de lo que estamos hablando.

La experiencia no nos la da ningún apunte de la facultad.

La experiencia nos va a formar como profesionales pero, por sobre todas las cosas, nos va a formar como personas. Y como vamos a describir y a desarrollar temáticas sociales, me encantaría que sean personas las que los cuenten, y no máquinas de comercialización.

Involucrémonos.
Si decimos quiero, es casi instintivo que digamos puedo.
“Quiero” y “puedo”.
Me encantan esas palabras,
porque cuando esas palabras se juntan, nos volvemos invencibles.


Victoria Belén Bertonasco