miércoles, 27 de julio de 2011

AMISTAD

Según el diccionario de La Real Academia Española la amistad es el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”. Pero prácticamente ninguna de estas acepciones se cumplen en el actual mundo de la aceleración y la rapidez de acciones en el que gran parte de la población estamos incluidos.
Las excusas y las faltas de tiempo destruyen los encuentros e impiden esos momentos que construyen lo esencial de la vida humana, “la unión”, haciendo que vivamos cada vez mas separados unos de otros y con menos compromisos respecto a las relaciones que se emprenden  a lo largo de la vida. Lo que lleva, a su vez, a que muchas personas vivan de manera poco valorativas las relaciones que se les presentan.
Aunque  aun existen pequeños grupos (mayormente de adultos) que continúan compartiendo momentos de sus vidas, se podría decir que los jóvenes poseen  (cada vez a edades más tempranas) lo que hoy se llama nuevos tipos de amistades. Son capaces de encontrar “amigos” en facebook, los chats, o en cualquier parte y, si bien cada uno tiene sus propias maneras de pensar,  muchos cofunden el verdadero significado de la palabra con relaciones de compañerismo o de convivencia.
La actual sociedad acelerada hace que las personas se relacionen cada vez menos, y las que lo hacen, es por medio de las nuevas formas de  comunicación que, si bien consigue su objetivo de mantener activas las relaciones, lo hace de una manera bastante particular respecto a que forman cada vez mas  “amigos a la distancia”. Ahora es más común ver adolescentes más tiempo conectados mediante sus PCs o sus celulares que reunidos en casas o en lugares donde se creen anécdotas para recordar. Lo que genera una deformación del concepto de amistad.
Esa capacidad que tienen las nuevas tecnologías de unir a la distancia les dan a las personas la posibilidad de “relacionarse” cada vez con mayor comodidad, ya que pueden hablar con alguien que se encuentra al otro lado del globo sentados desde el living de sus casas. Pero a la vez les quitan esos momentos que en el pasado llenaban plazas o esquinas con verdaderos amigos.
 Otro factor a analizar es que es mayor la cantidad de  jóvenes que consideran amistad el emborracharse juntos hasta “quebrar”, al verse los sábados para ir a boliches o a unirse para patotear con otros grupos de jóvenes. Y algunos adultos avalan esas malas amistades que piden a sus compañeros (porque a lo mucho eso es lo que son) que se emborrachen o se droguen para estar a la par. Estos grupos, al igual que el de los amigos virtuales, tampoco deberían ser considerados como en una relación de amistad ya que es poco el afecto que se puede generar en dicha situación y es aun mas difícil que dicha relación perdure en el tiempo.
Pienso que llegó la hora de  diferenciar a un amigo de un compañero. Si bien no tiene nada de mal estar entre uno u otro grupo, se puede notar claramente que no son lo mismo. El compañero es aquel individuo con el cual se comparten ciertos actos rutinarios, que llevan o no a compartir cierta ideología o maneras de pensar que mantiene a una o más personas unido a él. Entonces, podemos deducir que lo que suele diferenciar a un compañero de un amigo es la rutina. En las relaciones de compañerismo  las personas comparten ciertos momentos de sus vidas que los unen (estudios, trabajo, etc…) y en las relaciones de amistad los individuos poseen ciertas características que (sin importar la cantidad de encuentros) los mantienen unidos fuera de lo cotidiano. Entre ellos se suele establecer un lazo de unión que se mantiene a pesar del tiempo y la distancia.
Lo que me queda por definir son las características que no pueden faltar para que una personas considere una relación de amistad con otra. En primer lugar debe haber cierto grado de afecto o cariño por parte de ambos que los llevaría a confiar en el otro. Se requiere tiempo para que dicha confianza se fortalezca de tal manera que no halla secretos entre ambos. En segundo lugar es a la par de necesaria la sinceridad de ambos, ya que no existe amistad dentro de una relación en la cual se den mentira, deslealtades o farsas. Por ultimo es necesaria la constancia, en el sentido de que todo amigo debe estar tanto en los momentos buenos para festejar o compartir momentos de alegría como en los malos donde su función es aconsejar o ayudar.
“Un verdadero amigo es alguien que te conoce tal como eres, comprende todo lo que haces, te acompaña en tus logros y tus fracasos, celebra tus alegrías, comparte tu dolor y jamás te juzga por tus errores”.
Estaría bueno que los momento en que dos o mas amigos se unen dejen de ser fríos y las actitudes cursis dejen de ser consideradas como tal y pasen a ser consideradas una demostración de afecto hacia la otra persona. Empecemos todos a valorar realmente a los amigos y no confundamos los actos rutinarios compartidos con la verdadera amistad.

Matias Defusto

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