Esta es la entrevista que le hice al sacerdote que conozco...

Creo que lo más real que hicimos en gráfica fue esto. Ya tiene las correcciones del caso, y queria compartirla con ustedes.

Sergio Serrese tiene 35 años y es sacerdote, responsable pastoral del centro misionero Cristo Resucitado en la villa nº 11, cargo que ocupa desde principios de  este año, luego de un nombramiento por parte del Arzobispado de Buenos Aires. Pertenece al grupo de los denominados curas villeros, quien en su cálida casa  todavía sin terminar, habla sobre este movimiento  que empezó en 1968 con el accionar de los agentes pastorales liderados por el padre Carlos Mujica.

El sacerdote es el ladero del padre "Pepe" Di Paola quien fue amenazado de muerte por narcotraficantes a principios de 2009 y además fue uno de los autores de la Carta del Bicentenario, en la que según Serrese, se pidio "hacer memoria" por los participantes de las Revoluciones Libertadoras, que "no fue simplemente de las élites de las ciudades sino que también tubo eco en el bajo pueblo"  y agregó: "hoy el bajo pueblo son las personas de clases bajas , son las que viven en las villas".

A lo largo de la historia, los curas villeros fueron partícipes de una realidad de la que no pudieron hacerse oídos sordos: ellos se dieron cuenta que la pastoral que se practicaba fuera de las villas " no alcanzaba para el tipo de trabajo que se realizaba dentro de las villas,¿no? Entonces se juntan para compartir experiencias"  aseguró el sacerdote.

MISMAS VILLAS, DIFERENTES PROBLEMAS

El padre Sergio comento que si bien el trabajo de los herederos de Mujica fue practica e ininterrumpidamente, los problemas coyunturales cambian."Por ejemplo, en un primer momento era el problema del agua, de las cloacas" pero reconoce que "los barrios ya tienen una infraestructura mayor. Tal vez hoy, el problema es el paco o como se puede ir presentando la urbanización".

En cuanto al problema de la droga, señalo que al paco como un tema muy puntual a resolver, consideró que si bien es algo que se encuentra en los distintos escenarios sociales, cuando viene acompañado de pobreza, subocupacion, desocupacion sin educacion y con un sistema de salud deficiente; "ahi el paco se torna con una gravedad muy mayor", declaró Serrese.

También resalto que la raíz es la falta de oportunidades que tiene la gente que está en las villas y y que, mientras no haya una propuesta de igualdad social, la situación difícilmente cambie. Esto lo comentaba con un aire de pesar, y en el mayor sentido de análisis.

OPORTUNIDADES PARA TODOS

Al hablar del apoyo del Estado, el cura sostuvo que no solo se pide una respuesta a las instituciones sino que toda la sociedad "cambie su mirada para poder integrar. Al Estado, se le pide garantizar, salud , educación y trabajo, la protección social que merecen estos ciudadanos (...) A la sociedad, cambiar la mirada muchas veces discriminatoria porque las personas (de las villas) no pagan un impuesto inmoviliario".

En relación a la ayuda estatal, aseveró que "Esta en proceso. La deuda social es  muy grande para que se solucione de un día para el otro, pero sería mentira decir que no se produjo nada" pero aclaró que "todavía hay mucho para hacer" y añadió que si bien recibió ayuda estatal  (llámense materiales para la construcción de la casa parroquial, un salón comunitario, etc.) todavía se precisa gente especializada en trabajo social para la asistencia de los ciudadanos de las villas.

El cura cambia su tono de voz cuando dice que no sabe si esta realidad se pueda modificar a corto o largo plazo, pero opina que "el papel en el que uno tiene que estar es generando oportunidades, comprometiéndose para ayudar a que esto vaya modificándose".

Juan Esteban