martes, 30 de agosto de 2011

Pocos días, muchas incertidumbres

Una vez más la previa de Los Pumas para encarar el mundial posee los mismos sinsabores. Así lo fue en el 2007, cuando hasta último momento no había certezas de quién jugaría en tal o cual puesto o quién sería el encargado de enfrentarse a los postes en cada partido.

Sin embargo, la antesala del Mundial 2011 propone una diferencia sustancial con respecto a su anterior edición en Francia, la diferencia del precedente. Cuatro años atrás, cuando a fines del mes de Agosto, el seleccionado de rugby argentino, entonces dirigido por Marcelo Loffreda, se preparaba para encabezar el sexto mundial de la competencia, contaba con un pasado inmediato –mundial 2003, no se superó la primera ronda- que si bien le era adverso no le generaba mayor sobresaltos ni permitía hacer especulaciones a futuro que lo presionaran.

Argentina llegó a Francia cargada de dudas y éstas no eran disimulables. Mientras la prensa especializada y los fanáticos enfervorizados por una nueva presentación mundialista del seleccionado remarcaban y se arrogaban el derecho de armar su “equipo ideal”, Los Pumas continuaban refugiados en la concentración previa. Ellos no dudaban, eran conscientes y conocían tanto el presente como el pasado, que, para algunos integrantes del plantel, no les era ajeno y se constituía como una realidad a cambiar.

El ostracismo finalizó de una vez el 7 de septiembre, era el momento de erradicar las dudas y transformarlas en certezas. El equipo salió a la cancha, la primera sorpresa se dejo entrever al ingresar los quince jugadores titulares. Un cambio singular, que luego sería una brillantez del staff técnico, se producía en el debut mundialista frente al mismísimo anfitrión central de todo el espectáculo, la selección francesa, y nada menos que en el primer partido de la competencia.

De un momento a otro las dudas se evacuaron por completo, el equipo parecía consolidado y configurado desde hace años, el equipo técnico operaba como profesionales full-time, los hinchas, tanto locales como argentinos, no salían de su asombro y la prensa del mundo entero ya empezaba a hablar de “la hazaña”.
¿El resultado final? ¿A quién importa? Es sólo una anécdota. Los Pumas ganaron y dieron punto final a un escollo de dudas al que parecían desconocer por completo. Desde ese día, todo fue diferente. Pasó la fase de grupos y el convencimiento y la confianza mutua fueron las armas elementales con las que Los Pumas pudieron pisar fuerte en los más altos terrenos del rugby mundial por primera vez.

El final de la historia no escapa a la memoria de nadie. Vale la pena un breve resumen: El seleccionado nacional alcanzó por vez primera el podio de un Mundial, consiguió el tercer lugar; Los jugadores se vistieron de héroes y, en algunos casos, fueron catalogados de “irremplazables”; El fervor post-mundial hizo posible la llegada de este deporte a personas que lo “veían de afuera”, el rugby cobró, por lo menos por un tiempo, el carácter de “masivo”.

Al mismo tiempo que ese grupo de jugadores, conocido en el ambiente rugbístico como “la generación dorada” (homónimos de sus compatriotas basquetbolistas) o “pumas de bronce”, entraban en la historia del rugby argentino, marcaban un momento, le otorgaron una identidad al rugby argentino en su totalidad.
Identidad que generó la posibilidad de poseer el reconocimiento mundial para entrar por la puerta grande y dejar de ser “el culo del mundo”, como ironizó el actual sub-capitán del seleccionado, Juan Fernández Lobbe luego de finalizar el Mundial de Francia 2007.

Los caminos se abrieron para la selección nacional, los torneos y los ofrecimientos, si bien fueron fruto de una larga trayectoria de intrincadas negociaciones deportivas y hasta incluso políticas, no tardaron en aparecer. Principalmente, fue esto lo que generó relevamiento e interés en nuestro seleccionado y, lo que es mejor, expectativas a futuro.

Hoy, en 2011, ese “futuro” ya llegó, y cuando en diez días comience a girar la ovalada otra vez las “expectativas” apuntarán directamente hacia los jugadores que se paren en la cancha de cara al primer partido frente al seleccionado de Inglaterra.

Por segunda vez consecutiva, las dudas rebalsan y vuelven a hacerse eco por parte de los fanáticos y la prensa. Pero, a diferencia del pasado certamen, las dudas están acompañadas de “expectativas”. Suena raro y casi inteligible a primera vista, ya que muy difícilmente estas dos palabras convivan en comunión, pero es parte de todo el bagaje deportivo que Los Pumas fueron y vienen acumulando y que fue descripto anteriormente.

Quedan pocos días y muchas incertidumbres, pero la esperanza, por el momento, no desciende. Los cambios producto del obligado recambio generacional, como era de esperarse, tienen a maltraer al equipo ahora dirigido por Santiago Phelan, al igual que las lesiones que hasta último momento persisten marginando jugadores de la lista mundialista.

Es verdad, el “futuro promisorio” que se esperaba con las manos abiertas y se pensaba que se desarrollaría en estos cuatro años de “transición” todavía no llegó. Los jugadores son jóvenes, muchos poseen escasa experiencia internacional – cualidad importantísima para poder progresar en este deporte hipercompetitivo y que lo distancia del fútbol - y eso genera un clima de inestabilidad e inseguridad que deja alicaído al equipo.
Es quizás de fácil asociación la idea del precedente con la idea de condena. Es imprescindible no caer en ésta tentación que produce el exitismo y no permite dar “oportunidad al error”, de cualquier tipo. El exitismo no es sólo cuestión del deporte, claro está, pero es aquí donde más se evidencia.

La moderación y la no desesperación serán vitales para poder dar legitimidad al equipo del “Tati”, posiblemente la crueldad no tardará en brotar en caso de que los resultados no sean los esperados. Pero por fuera de toda especulación triunfalista, acompañada por el inmediato futuro del último certamen, es importante desmarcarse del exitismo desmedido y no demonizar las incertidumbres.

Probablemente, los pronósticos vuelvan a romperse y lo conseguido anteriormente pase a ser otra anécdota porque es así cómo el deporte se nos manifiesta, lleno de incertidumbres y resultados impredecibles, ya que, afortunadamente, no es una ciencia exacta.

A no desesperarse es la consigna. En este Mundial, si bien algunos resultados pueden ser llamados “obvios”, la incertidumbre y las sorpresas posiblemente, y por el bien del deporte, pasen a protagonizar una vez más la escena.

Mientras tanto, en el búnker de Los Pumas la confianza no es nula, así lo demuestran en el día a día de sus entrenamientos motivados por una experiencia que para muchos puede ser única e irrepetible. La oportunidad de repetir lo acontecido no es fácil y lo saben, entrenan duro para eso pero con la cabeza fría y con la mente puesta en una frase que inmortalizó el histórico ex-capitán y jugador del seleccionado, Agustín Pichot, “sabiendo quiénes somos”.

Fuere cual fuere el resultado, la confianza está y el aliento del público va a llegar incondicionalmente. Caer en la postura del exitismo irracional no es algo propio de este deporte, esperemos que así se mantenga.

domingo, 28 de agosto de 2011

Fuimos todos


Las acusaciones realizadas por los “periodistas” Jorge Rial y Luis Ventura contra la vedette/jueza de baile/ingeniera Graciela Alfano acerca de una supuesta relación con el dictador y genocida Emilio Eduardo Massera y las fallidas respuestas que la “artista” dio, pusieron en el ojo de la tormenta periodística y mediática una discusión que aunque pasan los años nunca pierde vigencia (ni llega a esclarecerse realmente): la complicidad civil  con la última dictadura argentina.

Siempre que se habla de las culpas y el juzgamiento a los implicados, en lo que algunos llamaron el “Proceso de Reorganización Nacional,” inmediatamente se apunta a los culpables materiales e ideológicos, a los militares que actuaron en forma efectiva y activa para ejercer el terrorismo de Estado. Pero nunca se piensa en la complicidad civil que este proceso dictatorial implicó: los ciudadanos que apoyaron y avalaron el golpe, los periodistas que funcionaron como difusores y justificadores de la máquina de represión, la Iglesia que bendijo el golpe y que hizo ojos ciegos a los rezos de sus fieles (y no fieles), para que se termine el dolor que generaba el régimen opresivo y violento, los jueces que ignoraron los pedidos de justicia, los empresarios, que vieron en el terrorismo de Estado, la posibilidad de afianzar un modelo económico que les permitía aumentar considerablemente sus ganancias y beneficiar sus negocios, artistas y miembros del mundo del espectáculo que desde su lugar de figuras públicas acompañaban y le otorgaban “glamour” al asesinato sistemático de todos aquellos y todo aquello que estuviera en contra del “orden” que la Junta Militar pretendía establecer.


Muchos cómplices que se fueron desdibujando con los años, cuyas culpas nunca fueron ni admitidas ni juzgadas, pero cuyo papel para sostener y perpetuar durante 7 años la dictadura más cruenta que tuvo nuestro país fue determinante.


La conspiración de los grupos económicos había empezado en julio de 1974 contra el gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón, para que finalmente el 1976 encontraran su brazo ejecutor en la figura de Martínez de Hoz, quien aplicó el modelo económico neoliberal a costa de la muerte y la desaparición  de treinta mil argentinos y la apropiación de la riqueza nacional, cuyas consecuencias principales, como la deuda externa y la exclusión social, siguen golpeando al pueblo hasta el día de hoy. Incluso, la participación de los representantes del poder económico se demostró en empobrecimiento que sufrieron los trabajadores apenas un año después del quiebre que se produjo en el sistema democrático.


Cuando se produjo el golpe, el 24 de marzo de 1976, desde la ciudadanía contó con un gran apoyo, principalmente porque muchos tenían la esperanza de que las Fuerzas Armadas iban a actuar dentro de los márgenes que imponía la ley para parar con las situaciones de violencia que se vivían en ese momento (el accionar de la Triple A y las conductas de ciertos grupos considerados como subversivos) y para luego, preparar el retorno a la democracia. Obviamente, al poco tiempo esas esperanzas se diluyeron, pero eso no evito que el pueblo argentino llenara los estadios cuando los militares usaron el Mundial como distracción mientras a un par de cuadras se picaneaba a los jóvenes que buscaban un futuro distinto para ellos y para sus hijos o que algunos (muchísimos) hicieran rebalsar las plazas apoyando la Guerra de Malvinas a través de la cual se mandó a miles de pibes a pelear una batalla que no les pertenecía, que no entendían, que no tenía sentido.


Durante el genocidio, la Iglesia justificó a los militares que estaban embanderados como defensores de la fe católica. Mientras recibían gustosos a los genocidas, les cerraban las puertas a las madres que buscaban a sus hijos desaparecidos, fusilados, torturados, arrojados al mar en los vuelos de la muerte. El mismo arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, colaboró en el secuestro de catequistas , quitándole la protección a los sacerdotes de la orden de los jesuitas que trabajaban en barrios pobres de la zona sur de la Capital Federal. Incluso, se dice que ordenó que esos catequistas abandonaran sus actividades en las “villas miserias”.


En los años que duro el régimen militar, la jerarquía católica se transformó en uno de sus aliados más firmes, llegando a proponer “purificar las almas de los militares” para que no tuvieran que padecer ningún mandamiento moral que pudiera interferir en su tarea de “pacificar y ordenar” el país a través de los métodos que consideraran necesarios. Fueron ellos los que se crisparon ante la llegada de la Comisión Internacional de Derechos Humanos al país, manifestando que “la Argentina es uno de los países donde hay más tranquilidad y donde los derechos humanos están más respetados.”


En el caso del periodismo, se produjo una mezcla entre la autocensura, la complicidad, la comodidad y la obtención de beneficios. Los editores de los diarios más importantes (Clarín, La Nación, Perfil) pasaron a ser cómplices desde el momento en que no informaron acerca de la situación de los desaparecidos, aunque contaban con la reputación y la autoridad necesaria para, desde el periodismo, salvar la vida de miles de argentinos. Periodistas como Joaquín Morales Solá, Samuel “Chiche” Gelblung, Magdalena Ruiz Guiñazú, Bernardo Neustadt, Mariano Grondona, José María Muñoz y Mónica Cahen D’Anvers, defendieron desde los medios las políticas implementadas por la Junta Militar y se convirtieron en sus principales defensores ideológicos. Fue Morales Solá quien les agradeció "la colaboración en la lucha contra la subversión” y los exhortó a que “continuaran prestando el mismo apoyo". Fue Mariano Grondona quien manifestó que su “revolución” consistía en “nada menos que en la aparición de un orden en medio del desorden”. Fueron ellos, que con la verdad en sus manos, prefirieron avalar con la palabra a unos asesinos, y que hoy en día pretenden cubrirse alegando que no sabían que ocurría en los centros clandestinos de detención.


Uno de las muestras más importantes de la búsqueda de beneficios por parte de los medios, es el caso de Papel Prensa. David Graiver, dueño de la empresa Papel Prensa, fue detenido y torturado durante la dictadura, junto a su familia, acusado de administrar los fondos de la agrupación Montoneros. La viuda de Graiver señaló a Héctor Magnetto (CEO de Clarín) como el individuo que la obligó a firmar la concesión del monopolio de la empresa y en declaraciones manifestó que prefiere “ ver los ojos y la cara de mis torturadores, antes que ver los ojos de Magnetto en el momento en que me amenazaba para que firmara.”


A la vista de todas las pruebas que la memoria nos ofrece, es necesario que derrumbemos los escudos de impunidad que rodean a ciertos personajes del mundo de la cultura, de los sectores empresariales que financiaron y se enriquecieron con la dictadura, de los medios periodísticos que prefirieron mirar para otro lado y que cada uno asuma la culpa que le corresponde. Obviamente, la complicidad con el régimen genocida tuvo diferentes grados de implicancia, pero todos los que no quisieron ver la realidad que golpeaba sus caras pudieron salvar muchas vidas y no lo hicieron. No mataron 30.000 personas, pero tampoco las salvaron, no se movieron por ellos, no salieron a la calle como Nación a pedir verdad y justicia. Falto compromiso, pero sobró complicidad.


Ayelén Zabaleta

sábado, 27 de agosto de 2011

El poder de las palabras


 
Nos cansamos de ver en los medios actos de violencia, un socio de River apuñalado, la reconocida vedette  Graciela Alfano desvalorizando a los desaparecidos sin importar todas  las familias que sufren día a día las consecuencias de la dictadura militar de 1976  e  innumerables manifestaciones y protestas que siempre terminan con heridos y en el peor de los casos hasta muertos  . Una y otra vez se establecen situaciones de competitividad donde gana el que tiene más poder y esto nos  lleva a preguntarnos  ¿La violencia  genera  poder?

En los últimos años sociólogos, psicólogos  profundizan cada vez más el análisis de la violencia en todos los ámbitos de la vida, el familiar, el escolar, el deportivo, el político, pero muchas veces   hay un tipo de violencia que es mucho más sutil, no tan evidente, no tan explicita, que no deja huellas corporales es la violencia psicológica, la violencia verbal.

Durante la historia el desenvolvimiento de la sociedad ha dejado este fenómeno de lado sin darse cuenta que la violencia verbal es la desencadenante de la física en la mayoría de los casos y la causante de infinidades de patologías en el ser humano como consecuencia de estar inmersos en una sociedad donde sin importar la  clase social a la que se pertenezca  la comunicación negativa sobrepasa la positiva .

Desde la niñez se comienzan a sufrir los efectos de dicha violencia mediante la manipulación . exclusión , critica destructiva , desprecio , abandono ,insultos  entre otras donde las consecuencias en el niño son más  transcendentales a diferencia del adulto , ya que la persona mediante su infancia es un ser con alto grado de susceptibilidad ante las manifestaciones del otro  y tiene la formación de su personalidad en desarrollo ; es decir  probablemente depende de la violencia verbal que padezca  la persona en su niñez se formara o no como un adulto carente de valor en si mismo , inseguro y con grandes dificultades para vincularse en todos los ámbitos que engloban la sociedad.

La peor consecuencia de la violencia es que nos estamos acostumbrando a ella , si bien la expansión de los medios de comunicación es favorable para el desarrollo de la comunicación entre pares , a la vez muchas veces no se utiliza productivamente  ya que cada vez más periodistas , más ciudadanos abusan de su espacio de expresión pública para hablar sin pensar utilizando palabras descalificantes que aumentan su autoestima generando más poder frente al otro , el oyente, victima de una violencia verbal ya cotidiana en su vida.

Hay un aumento notable en la incapacidad de las personas para formular soluciones ya que usualmente se vive buscando culpables sin darse cuenta que los únicos culpables somos nosotros mismos al generar , mantener y reforzar comportamientos violentos en busca de alguna salida ante cualquier problema.
Lo principal para que una sociedad pueda cumplir sus objetivos es evitar destruir cada vez más  el valor de la persona, esto se lograra solamente si colocamos las emociones bajo el control de la razón, somos más reflexivos, y tomamos  conciencia de que para hablar hay que pensar porque hay palabras que duelen de por vida.

                                                                                Nayla Jazgevicius

viernes, 26 de agosto de 2011

No hables con extraños

Para quienes nos criamos en un barrio era moneda corriente que nuestras madres salieran a buscarnos a la calle con un grito al unísono que nos alertaba que ya era hora de volver a casa. Hoy las madres les envían a sus hijos mensajes de textos a través de dispositivos celulares para dar la misma alerta.

Cuando te encontrabas con “alguien” a ese encuentro lo llamabas una “cita” y la persona con la que te encontrabas era con una amiga o con una amiga de un amigo que habías conocido en un cumpleaños, en una fiesta o en un pijama party. Siempre con personas de un mismo círculo. “No hables con extraños” significaba no relacionarse jamás con personas que no eran pertenecientes a nuestro ambiente cotidiano y era una regla inquebrantable para mantenernos a salvo.

Los peligros de hablar con “extraños” no se han extinguido y, para colmo, las herramientas para contactar personas desconocidas se han multiplicado notoriamente.

Teléfonos, celulares e internet, entre otras innovaciones tecnológicas han revolucionado las telecomunicaciones con el aporte de muchas ventajas como lo son la comunicación instantánea y la capacidad de acortar distancias.

Pero no todo es color de rosa. Un ejemplo muy notorio es facebook, el sitio web de redes sociales creado por Mark Zuckerberg, que en su página de inicio se ofrece como una herramienta que “te ayuda a comunicarte y compartir con las personas que forman parte de tu vida.” Sin embargo, este fenómeno que llegó para revolucionar las relaciones sociales, especialmente las que se establecen entre jóvenes adolescentes tal como lo demuestran los estudios realizados en Chile por diversas universidades1, es accesible para cualquier persona que tenga una cuenta de correo electrónico lo que la convierte en un arma de doble filo para la sociedad.

Muchos niños abren cuentas de correo electrónico, en redes sociales y/o en foros de internet por donde establecen contacto con personas desconocidas mientras sus padres duermen, trabajan o simplemente están afuera de sus casas y no pueden supervisarlos.

Vale recordar la historia de Sten2, el menor estonio de 14 años que fue acosado en internet por un pedófilo español que utilizaba fotos de una joven stripper argentina que había bajado de la web para hacerse pasar por una adolescente llamada “Lisha” y así conseguir imágenes sexuales de menores.

A través de la mensajería instantánea que provee el correo electrónico el ciberacosador español Benjamín Cabellos Sánchez, de 22 años, le prepuso intercambiar fotos y videos sexuales a Sten quien accedió sin saber la verdadera identidad de su victimario.

El final de Sten fue tráfico: terminó por suicidarse con una pistola de su abuelo, el 16 de marzo de 2008, ante la presión del pedófilo quien los había amenazado 15 días antes, a través del chat, con enviar las fotos y los videos sexuales a todos los contactos del niño si este no le enviaba otro video sexual pero que esta vez contenga contenido explícito.

También vale recordar que los peligros no son sólo para los niños. Un antecedente reciente lo es el caso del joven argentino de 20 años3 que fue engañado por un niño de 13 edad quien se creó un perfil falso en facebook para hacerse pasar por una joven y hermosa empresaria , enamorar al mucho y, luego fingir un secuestro y pedir US$ 24 mil dólares de rescate.

Los peligros en internet son muchísimos y es por esa razón que es tarea de padres y madres supervisar constantemente con quienes chatean sus hijos, que sitios visitan, que información dan y, por sobre todo, enseñarles que siempre es mejor “No hablar con extraños”, para estar seguro que no acepten invitaciones de desconocidos en ninguna de las ya conocidas redes sociales o herramientas de mensajería electrónica.

1 Diario La Tercera, 18 de octubre de 2009, Chile. Encuesta de la U. Diego Portales y Feedback muestra que el 73% de los jóvenes entre 18 y 29 años tiene cuentas en esta red social.”
2 Retrato de una una cibervíctima
3 http://www.puranoticia.cl/front/contenido/2011/08/02/noticia-9652.php


domingo, 14 de agosto de 2011

“Ya no habrá mas libros en el mundo


 
Leí hace poco una noticia que me dejó muy impactado. El contenido era bastante extenso, pero con solo leer el titulo cualquiera sabría qué tan malo podía ser el desarrollo. Rezaba algo así como “Ya no habrá mas libros en el mundo”. Fuese por lo malo o por la curiosidad que despertó en mi seguí leyendo. Durante casi media pagina de diario el redactor de la noticia narraba cómo, desde hace unos pocos años, las empresas productoras de libros se estaban fundiendo lentamente y cómo finalizarían desapareciendo dejándonos sin ninguna obra en papel para pasar a ser leídas en pantallas de notebook, libros digitales o tablets.

Lo comenté con varias personas y me sorprendí de la diversidad de respuestas que recibí. Dentro de los que se mostraron a favor de la medida, unos pocos me dijeron  que al no producirse los libros en papel se salvarían muchísimos árboles de la talación ilegal. Otros me dijeron que pensaban lo mismo, pero a diferencia de los anteriores ellos se excusaron diciendo que llevar un aparato electrónico era mas cómodo y fácil que llevar un libro pesado. Por otra parte, dentro de los que estaban en contra me propusieron que muchas personas se quedarían si trabajo y que otras tantas tendrían varios problemas con la vista ya que las pantallas les afectarían a los ojos.

Todas esas ideas quedaron dando vueltas en mi cabeza por un tiempo hasta que tome mi propia postura. Ahora bien, la desaparición de los libros tiene problemas mas profundos que el de el daño a la vista o el despido masivo de los trabajadores (a los que no considero menores desde ningún aspecto), y son el terrible aumento que tendrá el analfabetismo y la desaparición de las fantasías de chicos cada vez mas chicos.  

Respecto al analfabetismo, tengo para decir que, si bien los libros son bastante caros, muchísimas personas se verían en dicha situación por no poder comprar ninguno de los aparatos tecnológicos que les permitiesen leer una historia. Y dudo que cualquiera de los gobiernos mundiales se comprometa a que todos lleguen a poder conseguir uno de estos aparatos.

Por otra parte, la desaparición de los libros seria otro problema (junto a la falta de tiempo) que tendrían muchos padres para pasar tiempo leyendo e inculcándoles las enseñanzas que todo buen libro suele dejar. Impidiéndoles a ellos poder viajar hacia muchos mundos con solo la lectura de unas cuantas oraciones y fabricando sus imaginación y sus modos de ver la vida.

Las mismas personas que piensan que los libros deberían desaparecer, tendrían que empeñar su tiempo buscando una alternativa para que se deje de utilizar papel (como por ejemplo usar papeles reciclados o fabricar algún tipo de papel artificial) para evitar la talación de los árboles. Y respecto a los que piensan que llevar un libro es poco cómodo, me parece que es preferible llevar un libro y cuidarlo  que perder muchísimo dinero en comprar aparatos tecnológicos y tarjetas de memorias que son mucho mas frágiles.

Creo no ser el único que piensa que los libros son algo así como puertas que nos permiten entrar a mundos de todo tipo, tamaño y formas, que nos llevan a viajar a lugares remotos, a momentos de la historia que ya han pasado, a lugares de la tierra que no hemos conocido en nuestras vidas. Se que con el pasaje del papel al aparato electrónico esto no debería cambiar mucho, pero no hay nada como leer un libro y dejarse llevar. Ahora bien ¿Cuál es el libro que a ti te hizo salir de este mundo?

“Para aquel que roba, quema, rompe o pide prestado un libro y a su dueño no lo devuelve, que se le mude en sierpe la mano y lo desgarre. Que queden paralizados y condenados todos sus miembros. Que desfallezca de dolor ., suplicando a gritos misericordia, y que nada alivie sus sufrimientos hasta que perezca. Que los gusanos de los libros le roan las entrañas como lo hace el remordimiento que nunca cesa. Y cuando, finalmente, descienda al castigo eterno, que las llamas del infierno lo consuman  para siempre”

(Alberto Manguel )

Matias Defusto

sábado, 13 de agosto de 2011

Sueños Incumplidos.

Un silencio desmedido por tres años llegó a su fin cuando esta semana  en la red comenzó a circular una cadena, en donde madres y padres de chicos internados  en el sector oncología del hospital Garraham, denunciaron que desde el 2008 “el sueño” de Pampita resultó ser pura farsa.
La organizadora de este movimiento, Sonia Badaracco, es una madre (una de las tantas) que lucha por la vida de su hijo y además, hoy asegura que el programa de Marcelo Tinelli, es un “cáncer para nuestra sociedad”
Las críticas sustentables de mamás y papás decepcionados, se originan a partir de que la modelo “pampita” había ganado la “competencia”  y que de ser así, debería refaccionar el sector de oncología del hospital. Creo que no hace falta aclarar, que sólo fue pura magia y de un soplido los pactos se esfumaron.
El correo electrónico que invade los medios virtuales deja mucho para pensar, ya que a pesar de las críticas hacia el programa televisivo,  plantea que se ilusionó a los chicos que esperaban con ansias la promesa incumplida; Esa que dejó de importarle al rating y quedó desmenuzada en sólo unas palabras hechas.
Además, los padres, proponen que se deje de ver a Tinelli y su compañía, aludiendo de que la mejor manera es cambiando de canal o apagando la tv. “No le de rating, al desamor, al vacío, a desvalores”

A partir de ello, todas mis conclusiones sobre Tinelli y la Televisión se perfeccionaron hacia la cruda conclusión de que es una porquería. Soy consciente de que el programa se “basaba” en la idea de cumplir el deseo de quienes participaban y creo que la mayoría, sabe que se oculta detrás. Sin embargo, es interesante reflexionar y cuestionarse sobre cómo se maneja el sistema del famoso conductor y su producción.  Una lluvia de preguntas caen sobre mí; ¿Los participantes que recurren a este “desafío”, inventan un proyecto?, y  si fuera de manera contraria, ¿Es la producción quien no cumple con el ficticio “sueño” de los participantes?
A pesar de las miles ideas y certezas que puedan florecer de bailando por un sueño, creo que hay una cuestión que sobrepasa cualquier otro pensamiento.  ¿Quién piensa en la ilusión de los chicos del hospital? NADIE. Debería avergonzarles lo que hacen, ya que por una cuestión humana, es aberrante ver como utilizan la humildad y tristeza de otros para ganar dinero.
Pienso en cómo les devolverán a los niños la esperanza, la fe, de que las promesas y palabras no se las lleva el viento.  Es fuerte imaginar como esos chicos que luchan por su vida, son desgastados por la pantalla de un “sueño”;  Sueños de los que nunca fallan en la hora de la noche, y que sólo perciben los que realmente lo anhelan. 
El hospital Garraham, necesita de nuestra ayuda, no de la de unos pocos que lo hacen por egoístas intereses que sólo incrementan a lo ficticio, a lo individual, a la codicia.
Prendo la tele, apago la luz, sólo veo brillantina que cubren las sombras de la desilusión; Aquella que al ser prometida es muy difícil olvidar. La que no se puede dejar atrás, y que para muchos significa esperanza, y para otro otros plata.
Julieta Racimora.

viernes, 12 de agosto de 2011

Chile, Educación Publica y un Feliz Cumple.

"Vivimos en una sociedad más madura, que cree en un Estado que provea derechos básicos y que no todo esté al libertinaje del mercado"
Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech).

La educación es un derecho reconocido por todo el mundo, pero lamentablemente al cual acceden solo unos pocos, o no de la manera en que deberían. El caso chileno es un gran ejemplo. Las múltiples marchas  que reclaman  educación gratuita y de calidad, y que exigen al gobierno el fin de la represión al movimiento estudiantil son noticia repetida en estos días. Y al plantear “de calidad”, a lo que se refiere la ya tan famosa Camila Vallejo es  a formar un sistema educativo que no este regido por la maquinaria de ganancias empresarial.

Pero, ¿Por qué la educación debe ser gratuita? Como explique antes, es sobretodo, un derecho, y  no porque se les canto incluirla en la “listita”, sino que es el medio por el cual se  permite a la persona adquirir las habilidades, capacidades y conocimientos necesarios para ser incluido en la sociedad a través de la adquisición de un modo de vida digno. Y por ello es también un deber del estado asegurarlo porque ese título redunda en beneficio de toda la sociedad, y no sólo de aquel que lo obtiene.

No pretendo que nos consideremos afortunados de tener la educación superior pública que no tienen los chilenos, porque si de reclamos se trata poseemos en nuestro haber unos cuantos pendientes. Pero, si me interesaría resaltar su importancia para cada uno de los ciudadanos y como dice la constitución nacional, para todo residente del suelo argentino.

Y esto resulta interesante, nuestro sistema educativo no solo le permite el acceso a los ciudadanos argentinos sino también a cualquier habitante del país, por lo que son más que usuales los estudiantes extranjeros, que vienen solo a formarse en nuestras universidades.

Incentivados por la gratuidad que se ofrece para las carreras de grado, el prestigio de las instituciones y también por el enorme atractivo que ofrece el país para un intercambio cultural, los estudiantes extranjeros cada vez son más. Según estudios de la UBA en el 2009, la cantidad de  estudiantes extranjeros de nivel superior en la Universidad de Buenos Aires creció casi un 50%. Esto es también un crecimiento a nivel pais, pues significa profesionales de todo el mundo formados en la argentina, que en su estadía consumen, trabajan y contribuyen con el país.

A partir de la ley 1420 aprobada en 1884 en el cual la educación debía ser obligatoria, gratuita y gradual, la escuela se convirtió en un mecanismo de socialización de normas, valores y saberes que permitió que personas de muy diferentes procedencias contaran con bases y horizontes comunes. Desde entonces es el pilar sobre el cual se nutrió y desarrolló nuestra sociedad, sobre la equidad y la justicia.

Hoy, 12 de agosto, en el marco del cumpleaños número 190 de la Universidad de Bs. As., referente de nuestro sistema educativo y la situación de nuestro país vecino, es imperativo destacar el derecho a la educación pública, el derecho a los conocimientos, a las ideas,  eso que nos trasciende y es tan poderoso que lleva a todo un mundo adelante.



Brenda Unzué

martes, 9 de agosto de 2011

Sudamérica en camino a la autodeterminación económica

Los ministros de economía de los países miembros de la UNASUR se reunieron el pasado viernes para delimitar la estrategia económica que llevaran adelante con el objetivo de evitar el efecto contagio que pueda ocasionar la crisis europea y norteamericana sobre sus mercados.

Los miembros del bloque regional decidieron que este es el momento propicio para extender su accionar también a la esfera económica, dado que las decisiones que se habían tomado desde su creación en el 2007 habían sido exclusivamente políticas.

Además de sentar las bases sobre las medidas que impulsaran los países en materia de política económica, se trataron dos puntos de vital importancia para el futuro éxito y supervivencia del bloque y que, además, están íntimamente ligados con las políticas confeccionadas: el afianzamiento de las relaciones comerciales entre los países miembros y, sobre todo, la creación de un fondo de reserva regional que pueda servir de auxilio ante una eventual crisis.

La confluencia de ideas y su materialización en proyectos se da, claro está, por la correspondencia ideológica que hay entre la mayoría de los presidentes sudamericanos. Las únicas excepciones que se dan al progresismo que caracterizan a los gobiernos miembros de la UNASUR son Colombia y Chile, presididos por Juan Manuel Santos y Sebastian Piñera respectivamente. Sin embargo, al menos Santos, licenciado en economía y administración de empresas de la Universidad de Kansas, decidió romper con la ortodoxia del liberalismo que representa y dejar de lado sus relaciones comerciales prioritarias con Estados Unidos para orientarlas hacia el subcontinente, específicamente hacia Brasil. 

No queda claro aún si el cambio de rumbo que tomó el sucesor predilecto de Álvaro Uribe se fundan en una idea de integrarse a un bloque regional que mantenga y equilibre sus relaciones políticas y comerciales con el resto del mundo o si responden a la inminente caída de la estructura económica y balanza de pagos de su eterno acreedor, Estados Unidos, y el simultaneo afianzamiento de Brasil como uno de las cinco potencias económicas del mundo.

Lo cierto es que el grupo de países pretende blindarse y no ser víctima de los manotazos de ahogado que darán, de seguir todo tal cual está dado, los países del primer mundo.

Un poco de historia
 
América latina ha sido, desde la toma estadounidense de la posta imperialista, un apéndice del país del norte. A partir de la segunda mitad de del siglo XIX, la superpotencia que se erigía como defensora de la divina libertad de empresa, comenzó a determinar que políticas económicas debían llevar a cabo los países del sur, siempre de acuerdo a las doctrinas de los economistas David Ricardo y Adam Smith. Sus teorías de las ventajas comparativas y "la mano invisible que controla el mercado" fueron artífices del subdesarrollo que hoy, 150 años después del inicio de la hegemonía yanqui, parece seguir presente en vastas zonas del subcontinente.
 
La problemática estrictamente económica (circunscriptas solo a la esfera monetaria, dado que la socioeconómica es enorme) está dada por la vulnerabilidad de los gobiernos sudamericanos, a los sucesos y fluctuaciones del mundo económico desarrollado. Hace falta solo un ejemplo para comprenderlo: nuestro país sufrió pequeñas crisis en la década del 90 debido a, en primer lugar, el llamado "efecto tequila", es decir, el default de México y su cese en la balanza de pagos. En segundo lugar, la crisis rusa, que afectó a Brasil y por consiguiente a la Argentina. La dependencia era total. La industria nacional se había destruido progresivamente desde mediados de siglo.
 
El ministro de economía de la última dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, sostenía que "era lo mismo producir acero que caramelos". En términos nominales era lo mismo, pero en los reales no. Toda industria liviana desapareció junto con la poca pesada que existía. La consecuencia inmediata fue la necesidad de importar todo lo que no se fabricaba, lo que dejó como saldo que hoy encontrar un técnico tornero, por ejemplo, sea una tarea casi imposible.
 
Y si de intervención directa se habla, es conocida la intromisión norteamericana en la región. Hace falta solo nombrar dos sucesos en el mismo país: en la década de 1880 el presidente chileno Balmaceda intentó nacionalizar el salitre, principal producto de exportación del país trasandino, así como los ferrocarriles y, además, hacer pública la educación. En 1970 el presidente socialista, Salvador Allende, del mismo país quiso implementar medidas similares con el suelo, rico en estaño y cobre. Ambos corrieron un idéntico destino: Balmaceda se suicidó en medio de una guerra civil y Allende hizo lo mismo cuando el Palacio de la Moneda, sede del poder ejecutivo chileno, estaba sitiado por el ejército comandado por Augusto Pinochet.

Desde la década de 1850 en adelante América Latina tuvo como principal producto de exportación el trabajo con remuneraciones semiesclavistas a cambio de importar empresas e inversión extranjera.
Entonces, y ante panoramas histórico-político tan crudos, es casi una bendición el hecho de que los gobiernos sudamericanos puedan tener actualmente el poder de autodeterminación en la elección de sus políticas económicas.
 
Dudas y certezas
 
Es innegable la importancia de haber reducido la deuda con el molesto Tío Sam y sus secuaces (Fondo Monetario Internacional, FMI, el Banco Mundial, BM, y Banco Interamericano de Desarrollo, BID), la cual fue multiplicándose exponencialmente en los últimos 55 años por nuevos créditos contraídos y los usureros intereses que suponen, pero, su moneda sigue siendo la que se usa como patrón de cambio en todo el mundo. Resulta un interrogante cuál será la divisa que se usará como valor de cambio para los depósitos que serán respaldo de la economía de la UNASUR. Existe el riesgo de que, ante un inminente default de los Estados Unidos que obligó a Washington a correr el techo de la deuda, el dólar se deprecie y con ello las reservas de la región.
 
Existe una situación similar si se adopta el Euro, dada la crisis que afecta a Europa, aún más feroz que la yanqui.
 
Queda claro que la eurozona ha fallado en su intento de establecer una moneda común si se tiene en cuenta que ello implica equiparar la capacidad productiva de todos los países. Es evidente que la gigantesca estructura industrial de Alemania no tiene nada que ver con la pobre industria española, que arrojó en el último año un desempleo mayor al 20%.
 
Lo cierto es que hoy se posicionan como potencias económicas mundiales países periféricos de antaño, como Brasil y la República Popular China.
 
Este momento de Brasil da la posibilidad a la región de establecer lazos comerciales internos que permiten una cierta subsistencia, así como seguir disfrutando de una relativa estabilidad económica.
De hecho, Colombia cambió de rumbo y dejó de ver a los Estados Unidos como su horizonte comercial y se dispuso a trabajar en conjunto con el gobierno carioca.

La principal consecuencia positiva que daría un correcto funcionamiento del fondo común de la UNASUR sería que los países miembros puedan recurrir a un fondo cuasi propio ante eventuales crisis o desbarajustes de sus estructuras y no a los organismos tradicionales como son el FMI o el BID. Cabe aclarar que estos entes prestan dinero a tasas de interés usurarias, además de exigir a los deudores que implementen las políticas económicas que ellos plantean.

De ésta forma, acudir a un fondo ‘’propio’’ daría la libertad de continuar con las políticas económicas que cada gobierno considere conveniente sin ser condicionado en cuanto a la administración y distribución del préstamo y los posteriores ingresos.

El mundo ha cambiado en los últimos 12 años y a Sudamérica se le presenta la posibilidad de definir su destino por si misma y disponer de todo lo que la naturaleza le brindó y que nunca supo ni pudo administrar. El factor natural es inmenso y el humano no está muy lejos, solo falta alentarlo hacia el crecimiento. Es la hora señalada para que la región se pare en el lugar donde hace mucho debería estar y no es una posibilidad para desperdiciar.


Facundo Benedetto

domingo, 7 de agosto de 2011

A camino largo, PASO corto

Ante las eminentes Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) detengámonos, a modo de guía del itinerante, en cómo llega cada fuerza a estos comicios. Según las encuestas, de las cuales poco se puede confiar a esta altura, el oficialismo revalidaría su título mientras que el mejor de la oposición repuntaría la mitad de los votos, con suerte. Ante tanto cambalache propagandístico, tanta fruta tirada en los diarios y múltiples apariciones a cada hora en la televisión, vale la pena recordar cómo llegan los dirigentes políticos  a plebiscitarse una vez más.

El Frente Para la Victoria mantiene la Presidencia desde el 2003, primero con la gobernación  de Néstor Kirchner y luego la de Cristina Fernández. En estas elecciones, “Cristina” busca su reelección. Peronistas, pasados por el menemismo y el duhaldismo, los Kirchner han sabido mutar y proclamarse como una nueva fuerza, cimentada sobre algunos de los viejos andamiajes del Partido Justicialista, hasta conformar su homónimo: el kichnerismo.
Comenzar con 22% de popularidad  en 2003 no fue fácil para el FpV pero distintas medidas exitosas y una situación económica favorable han hecho que se mantenga como la principal fuerza todos estos años.
Aún así, debe contarse un impass en su popularidad en 2009 producto del conflicto con “el campo” por la famosa Resolución 125.
Para este 14 de agosto el kirchnerismo, que no fue a internas sino que eligió todo los cargos la Presidenta,  se muestra como una –sino la única- de las fuerzas a ganar las elecciones. Más allá de  sus aciertos y errores, el FpV se ve sólido, sobre todo anclado en disposiciones como la Asignación Universal por Hijo, la estatización de las AFJP o el Fútbol Para Todos.

Hasta ahora segundando en las encuestas viene el diputado radical Ricardo Alfonsín, representando a la Unión por el Desarrollo Social. En este caso el lema “tal palo tal astilla” no parece corresponder para comparar a el ex presidente Raúl Alfonsín con su hijo. Alfonsín padre supo ser un político de pura cepa, gran estadista, de una ferviente militancia en la Unión Cívica Radical y de una gran oratoria, que llegó a ser el presidente de la vuelta a la democracia. Su hijo, por su parte, diputado bonaerense, poca oratoria y principios bastante volátiles –recordemos que estuvo coqueteando antes de conformar su fórmula con el peronista disidente Francisco De Narváez y con el socialista Hermes Binner, quedándose con el primero. Luego de que se bajaran de la interna del radicalismo el vicepresidente  de la Nación Julio Cobos y el senador Ernesto Sanz, Alfonsín quedó como el representante del partido de cara a las nacionales, encarnizando el ala más de “progresista” de la fuerza.

El tercero en discordia es el peronista federal y ex presidente Eduardo Duhalde. El “Cabezón” se identifica con la parte más vieja y “dura” del PJ. Supo ser vice de Menem, gobernador de la provincia de Buenos Aires, candidato presidencial por el peronismo en 1999 –cuando perdió con De La Rúa- y presidente interino en el 2002. Se le reconoce la “estabilización” del país luego de la crisis de 2001, aunque tuvo que adelantar las elecciones presidenciales  luego de la muerte de los piqueteros Kosteki y Santillán en una emboscada policial en el Puente Pueyrredón. Luego de  que en 2003 llevara a la presidencia a Kichner, Duhalde dijo que se retiraría de la política. Aún así, cuando Kirchner comenzó a darle la espalda y a cortarse solo, el peronista feredal arremetió con todo y conformo junto a otros dirigentes su propio espacio dentro del PJ, conformándose como la principal oposición al kirchnerismo dentro del peronismo.  Para las primarias, Duhalde llega con el Frente Popular, fuerza que él mismo creó, luego del mamarracho que fueron las internas del Peronismo Federal entre él y el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, que terminó en la suspensión de los comicios. Aunque llega solitario a las elecciones, Duhalde todavía mantiene en la provincia de Buenos Aires un bastión de su fuerza y, como él mismo dice, cuenta con “espalda” para gobernar.
El cuarto que arrima es el Frente Amplio Progresista con su candidato Hermes Binner. Si bien es una alianza nueva que se conformó para estas elecciones, juntando al socialismo y a distintas fuerzas como el Frente Cívico, Libres del Sur o GEN –y no sabemos por qué no Proyecto Sur-, mantiene las ideas de siempre de la centro izquierda. Confiado, con Santa Fe como su baluarte y la ayuda de Margarita Stolbizer en Buenos Aires y Luis Juez en Cordóba,  el FAP se larga a las presidenciales con el antecedente  de que a este tipo de alianzas –más de izquierda, más progresista- siempre han tambaleado a la hora de ir a las ligas mayores más allá de elecciones distritales. Además, cuenta con poca llegada a todo el vasto territorio argentino, por lo cual el poco conocimiento de la gente sobre el candidato y los pocos fiscales que puedan llegar a tener les juega en contra a frentes nuevos como éste. Con  dos intendencias en Rosario y  un gobernación en la “bota”, Binner se muestra como una de las opciones más coherentes ideológicamente de la oposición.

Pido mis disculpas a los otros candidatos presidenciales -Elisa Carrió, Alberto Rodríguez Saá, Alcira Argumedo, Jorge Altamira, José Bonacci y Sergio Pastore- que no pude incluirlos en este racconto. Nada más lejos de mí que no tenerlos en cuenta políticamente, aunque ustedes ya saben: el tiempo, las palabras y, sobre todo, “las encuestas” son tiranas.