miércoles, 7 de septiembre de 2011

Y tenés un sueño y ganas de pelear.

De martes a viernes ellos se despiertan con una sonrisa. Saben que los espera un día lleno de aprendizaje, emprendimientos, nuevas ideas y momentos maravillosos para compartir, saben que esos días acuden al taller donde se reúnen con jóvenes (y no tan jóvenes) con sus mismas ganas de aprender, de divertirse y de recibir amor. Una combi los espera a las 8 de la mañana para llevarlos al taller y desde ahí comenzar su camino diario a la integración, camino que día a día construyen junto con personas dispuestas a brindar su corazón.

La primera vez que llegué al taller, ubicado en la calle intendente Grant 575, en el partido de Morón, jamás me imaginé con que me iba a encontrar. Uno en esos momentos suele tener dudas, incertidumbres, yo sabía que no era un lugar como cualquier otro y lo que más me llamaba la atención es que estando a tan poca distancia nunca había oído hablar de él, salvo ese día.

Cuando llegué al taller un 16 de agosto del año 2008 me recibió Carmen Amícola, la directora del lugar. Ella es psicóloga social y profesora de dibujo y pintura, aunque de esto me enteré días después cuando me dispuse a investigar sobre ella. Al recibirme me dió un abrazo enorme y me susurró “los chicos van a estar muy felices por tu visita”.

Al llegar al lugar no sabía muy bien de que se trataba ese famoso “taller”, lo único que sabía es que allí concurrían chicos con diferentes capacidades para poder tener la posibilidad de conocer, crear y aprender. Entré al aula y dos de los chicos corrieron a abrazarme, me agarraron de la mano y me mostraron su arte…

El taller San Lorenzo nació un 16 de agosto del año 1993 impulsado por personas que tenían el profundo deseo de ayudar y crear un espacio donde personas de todas las edades y con distintas capacidades tengan un lugar donde aprender y demostrarle al mundo que ellos también pueden con un poco de amor, tolerancia y solidaridad.

“Sin Graciela no soy nada” me confesó Carmen cuando la conocí. Graciela es una de las asistentes de Carmen y es la que colabora todos los días con la organización de los diferentes talleres que se dictan y es un apoyo sumamente importante para los chicos. “ Al comienzo fue muy duro, no sabíamos por dónde empezar, pero gracias al apoyo de la gente como así también de distintas organizaciones que se propusieron ayudarnos, ya sea brindándonos alimentos como distintos materiales para los talleres de los chicos, pudimos seguir adelante”, comentó Carmen.

Los integrantes de la fundación no reciben ningún tipo de sueldo ni subsidios personales, su objetivo es fomentar los distintos talleres y crear un espacio en donde los chicos se sientan a gusto y puedan descubrir sus pasiones y talentos que van muy de la mano del arte, lo que les permite demostrar otras capacidades diferentes pero no por eso menos especiales.

El taller cuenta con cinco grandes aulas donde se realizan distintos tipos de actividades dedicados a la plástica, artesanía, telares, cotillón, tango, computación, baile, expresión corporal y teatro. Para cada una de estas tareas hay personas especializadas que en conjunto con la directora, la asistente y una psicóloga acompañante ayudan a los chicos a que posean un espacio para aprender, crear y sobre todo mejorar sus vínculos con sus familiares a la vez que les permite sentirse un poco mas insertados en la sociedad. Por otro lado, los chicos cuentan con una biblioteca con más de mil quinientos libros donados, una sala de enfermería y pedagogía y un comedor donde almuerzan y toman la merienda.

Actualmente el taller cuenta con un microemprendimiento de bolsas de prolipropileno del cual los mismos chicos participan ayudados por un coordinador quien al ritmo de la música y el buen clima logra que los jóvenes aprendan el trabajo, disfruten de él y puedan sentirse realizados. Otro de los microemprendimientos del taller son las mermeladas y los licores también elaborados por los chicos ayudados por la coordinadora del cotillón, los cuales luego con las bolsas de prolipropileno se venden al público y consiste en una entrada para poder subvencionar los gastos del organismo.

El taller San Lorenzo también posee una revista la cual no tiene fines de lucro sino que, a través de ella, se agradece continuamente la participación de los vecinos y de todas aquellas personas que colaboran para que el taller siga adelante, como así también es un medio para informar sobre las nuevas actividades que se realizan en el establecimiento, los eventos que se hacen en el año y noticias sociales. Esta se puede obtener de forma gratuita en Lomas del mirador, San justo y Morón.

La organización está abierta a toda la comunidad, es un espacio en donde todos tenemos la oportunidad de ayudar y de seguir acompañando a estos jóvenes en este camino. El regalo más grande lo recibimos nosotros a través de sus sonrisas y sus caras de felicidad al sentir que no están solos, sino que hay todo una sociedad apoyándolos para que día a día puedan superarse a sí mismo y correr a un lado la barrera de ser “diferentes”.


“Descubriste al mágico sol, de los soles a tu alrededor…llenos de vida, de esperanzas, pintando colores dorados…rodeados de infinita alegría y entonando música de amor…ya sabes guardar tus tesoros, aquellos que nunca te podrán arrebatar, mientras tu corazón libre sienta y te haga ver tras sus latidos, más allá del grandioso universo, una estrella brillar…”(Carmen Amícola)

Miriam Martos.

1 comentario:

  1. Miru... apenas te vea te secuestro para que me cuentes más sobre esto, jajaj.
    Me encanta, me encanta, me encanta el proyecto.
    Me vino al pelo tu texto, GRACIAS.

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