viernes, 9 de septiembre de 2011

¡Estamos rodeados!


Las luces y sirenas en el barrio ya son usuales, luego de que los vecinos de Villa Sarmiento reclamaron más seguridad y efectivos policiales en la zona, la que según ellos, estaba “liberada”.

El pedido se realizó a través de una manifestación en la que salieron a la luz diversas opiniones. Claro está que cada uno tenía su postura, pero realmente me llamo mucho la atención el tipo de gente que estaba ahí. Algunos tenían como “slogan”, la idea de matar a todos esos “negros de mierda”; Otros, aclamaban a los milicos; Y por último estaban quienes nunca dejaron de actuar bajo la esencia de la marcha, que era pedir justicia por la muerte de tres vecinos del barrio en una semana.

A pesar de los diferentes comentarios de la gente, algo me preocupa aún más.  Y es sobre lo que no he dejado de pensar desde que la policía está,  circula y vigila. No es que no considero importante su gestión, o innecesaria. Sino, creo que la verdadera solución no radica en ese punto.

Según Las autoridades de la Municipalidad de Morón, que colocaron más cámaras y seis nuevos vehículos que se añadieron a la flota de efectivos móviles, la solución está en camino, ya que acentúan que los dispositivos de control permitirán prevenir el delito.

Sin embargo, no paro de cuestionar sobre el empleo de estos medios de “protección” ciudadana. Creo que la cuestión es mucho más compleja de lo que se plantea, y no veo como eficaz a nivel social, el control y la vigilancia esporádica, debido a que a mi entender, es  una solución simplista a esta problemática.

Me resulta muy interesante poder plasmar una comparación de carácter biológico, que nos permitirá entender cómo funciona este proceso de “supervisión” ciudadana.  Pido disculpas antes de entrar en tema, ya que este desarrollo puede resultar un tanto alejado de la realidad misma, y hasta sea  cruel, pero creo, es la mejor manera de ilustrar lo que pienso.

La selección natural, es un proceso por el cuál  las diferentes especies son condicionadas a los cambios en el ambiente del planeta, en donde “se pone en juego” el fin o la supervivencia de los seres vivos que poseen las cualidades para adaptarse al medio.  Lejos de entrar en esta teoría científica, aplicaré un ejemplo para su mejor entender. Como bien se ven en las publicidades, supermercados, y casas de familias, el Lysorfom dice en su pote: “mata el 99,9% de virus y bacterias”.  Resulta que el porcentaje allí expuesto, no abarca el  100%, por lo tanto ese uno por ciento restante de bacterias y virus, son los que luego de un tiempo serán más fuertes a este tipo de producto o a cualquier otro. En conclusión, ¿Por qué utilizar estos medios sencillos de “atacar” a los “males del hogar”?; Parece que la sociedad busca una solución rápida, que dice ser efectiva, y a la vez no lo es.  En la oportunidad  que se realice una limpieza a fondo, se busca aquello que es sólo superficial, y que, permite dejar todo “pipí cucú” ante sus propios ojos.

Ahora bien, ¿Por qué cito esto? Mi reflexión comparativa, busca contrastar, pero a la vez acercar, como en el uso de un desodorante ambiental, se puede  encontrar la clave a lo que sucede en la humanidad. Dar a entender que con apretar un botón, no se eliminan los problemas; Poniendo más policías o cámaras tampoco.  Ocurre que seguir las ideas de la masa involucrada bajo la urgencia de seguridad, nos lleva sólo a la superficie de la gran profundidad de un río. No hay solución real si ponemos más policías y cámaras, sólo hay felicidad y tranquilidad para quienes pueden andar con un Black Berry en el tren, o una notebook. ¡Qué bueno!, ¿no?  No seamos tan egocéntricos. Mientras que algunos no pueden andar con sus tecnologías, ropa, y joyas “top”, hay quienes no comen.

En todos los sentidos, veo la solución en la integración social, en los valores, la educación y no en una medida veloz que sólo contenta a una parte de la sociedad;  Ese sector egoísta, aislado e independiente que pone sus intereses estéticos por sobre los demás y además no busca integrar,  sino excluir, y en algunos casos (lamentablemente muchos) intentan, hasta hacerlos desaparecer.

Ya no puedo dormir, bajen el volumen. Las sirenas y luces son como los jóvenes de ayer, viejos en una matiné. Estamos rodeados de canas (y no en la cabeza)

Quiero salir a ver la calle, estar en la vereda del sol, dar media vuelta al cordón, para no volver. Los primeros habitantes salen a celebrar el sol de los vivos, a despertar a un mundo dormido. (Serú Girán)


Julieta E. Racimora.

1 comentario:

  1. El problema es el que apreta el gatillo del Lysoform.
    Somos egocéntricos porque vivimos en una sociedad de consumo que nos formó así. Tenemos que poder darnos cuenta que , con voluntad, esos esquemas que parecen indestructibles, se pueden romper. Creo que podemos abrir los ojos de los que nos rodean.. y creo que textos así, algo les deja picando a los desligados de la real realidad.

    Aunque a veces cueste mucho, no perdamos la esperanza de que algún fanático de la estupidez pueda captar un 10% de lo que pasa, y reflexionar sobre ello.

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