miércoles, 3 de agosto de 2011

Click, click you are dead

Es de público conocimiento que el pasado 22 de Julio 77 personas murieron, entre ellas 69 jóvenes de 14 y 19 años, a causa de dos atentados terroristas provocados por el xenófobo antisemita de 32 años Anders Behring Breivik en la ciudad de Oslo y en un campamento del gobernante partido socialdemócrata ubicado en la isla de Utoya, Noruega.

El ultraderechista Breivik, nacido en Londres, pero que vivió toda su vida en Noruega, instaló una bomba de 500 kilos en una camioneta alquilada que estacionó en el barrio de los ministerios, en pleno centro de Oslo, acabando con la vida de 8 personas. Acto seguido él mismo se convertía en el protagonista de la masacre en el tradicional campamento de verano del Partido Laborista del primer ministro socialdemócrata Jens Stoltenberg, ya que con un arma y sin piedad mató a tiros a 69 chicos que vacacionaban allí.

El asesino dijo que sus atentados fueron un intento por lanzar una revolución cultural para purgar a Europa de los musulmanes y castigar a los políticos que han promovido el multiculturalismo. Confesó, además, que tenía más atentados planeados, a lo que su abogado declaró que ciertamente así era y que eran tan concretos como los dos que cometió.

Seguro mucho de los espectadores de todo el mundo que sufren la tragedia, se lamentarán y dirán “¡Qué lástima que no lo supieron antes como para evitar esas muertes! “

Es que, a menos que Breivik haya mandado un mail masivo a más de mil personas una hora antes en el cual explicara lo que estaba a punto de realizas y donde agregara un manifiesto de 1.500 páginas donde detallaba los pasos de la masacre, hubiese sido imposible detenerlo a tiempo.
A menos que ya haya expresado sus ideales públicamente en blogs políticos y esto no haya generado preocupación en el país, lo cual demostraría que es común ese tipo de opiniones xenófobas y que nadie hace nada REAL al respecto. A menos que haya sucedido eso, hubiese sido imposible detenerlo a tiempo.
Hubiese sido imposible, a menos que algo irracional e ilógico haya sucedido como comprar por público compra-venta “e-Bay” (un mercado libre de Internet) el azufre, un arma y sus accesorios para la doble masacre. El vendedor de azufre ahora se estaría agarrando la cabeza, arrepentido de haber sido un idiota al venderselo a un tipo que pronto mataría a sangre fría a 69 chicos. Hasta las manos estaría el señor Andrew Christou.

La ironía me da pie para hacer énfasis en esta oración: las tres cosas pasaron y sin embargo hoy hay 77 muertos que son llorados por el mundo entero.

Con un click envió un manifiesto a más de mil destinatarios. Considerando hubo muy poco margen de tiempo entre que lo envió y ocurrió la masacre, de mil destinatarios, al menos cien seguramente estaban ya al tanto de lo que iba a ocurrir. Siendo extremista… al menos UNO sabía lo que iba a cometer Breivik. Entonces, hay alguien que lo avala. Hay alguien que no detuvo al asesino. Alguien que piensa igual o parecido.
Si bien a la hora de analizar, hay que tener en cuenta que ocurrió en Noruega, un país que hasta principio de los ochenta fue uno de los más proisraelíes de Europa, me cuesta entender cómo puede ser posible que la patriotería (y no patriotismo) siga ligándose con sangre de ‘los distintos’. El mundo progresó y sigue habiendo xenófobos, sigue habiendo una intolerancia dominante al que piensa y actúa distinto a lo que uno cree que es correcto.

Lo mismo pienso sobre las opiniones que Breivik realizó en blogs políticos, solo que esto ya no se enmascara de ‘privado’, como sí podría hacerlo un mail (aunque mil destinatarios deja ese título, para ser ‘público’). El número de cómplices se multiplica. Me interesa saber qué hizo al respecto el primer ministro noruego Jens Stoltenberg con esto, si estaba al tanto que opiniones antisemitas se manifestaban públicamente en Internet y me interesa saber qué hizo el Rey Harald V. En ninguna de las noticias que leí (de distintos diarios argentinos y del mundo) el rey de Noruega dijo nada al respecto. ¿Harald V incentiva a los habitantes de Noruega a que haya diversidad de religiones? Y acá viene la pregunta que me hago siempre ¿para qué les sirve todo ese título y poder de Rey? ¿Qué papel cumplen los reyes en el siglo XIX? Evidentemente escaso o nulo (más nulo que escaso).

Por último, confieso que me encantaría ser totalmente radical con el tema de la venta de armas. Decir que habría que prohibirla en los 5 continentes, que bastante las padecimos en las guerras equipadas de los misiles cada vez más espectaculares; aspirar a más y decir que las armas no debieran existir, que deberían desaparecer de la faz de la tierra… Pero la realidad está muy lejos de dejar las armas por besos.
Hoy, en esta actualidad de violencia descabellada, se venden armas como si fuesen juguetes. Esto es descabellado. Es ilógico que haya un mercado incontrolable y desmesurado que permita que esto suceda. ¿Cómo con un click voy a ser dueño de una ametralladora? Es una locura.

Breivik compró en noviembre pasado, mediante una cuesta en el mercado libre, unos 500 gramos de azufre en polvo para fabricar explosivos a un vendedor de Enfield (Andrew Christou) al norte de Londres. Así mismo, compró herramientas, un arma y accesorios para la misma a vendedores de China y Estados Unidos, según reveló el diario británico Sunday Telegraph luego de que investigadores hayan consultado las compras de los últimos meses del asesino confeso.

Cuando leí esta noticia pensé que se trataba de un terrorista ligado a alguna secta o grupo que llevó a cabo el plan. Me extrañó que no haya pruebas oficiales que dieran con esto. A medida que se relataban más noticias del caso y leí que compró el arma y las herramientas por Internet, me nació una bronca incontenible hacia la venta de armas. La misma por quienes las venden y las compran.

Lo que terminó por indignarme fue que haya sido por el espacio sin filtro de Internet. La venta de armamento o de productos para crear bombas a un antisemita con ánimos de una revolución criminal, se podría haber evitado con políticas que no permitan que cualquiera venda muertes por la red, ni que permitan que cualquiera, con un click, se apodere de numerosas vidas inocentes.

Belén Bertonasco

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