miércoles, 3 de agosto de 2011

La argentinidad al palo

Nación, patria, argentino, orgullo…. todas palabras que quedaron excluidas del vocabulario cotidiano, pero que son indispensables en el diccionario criollo. Lo que produce visitar la feria de ciencia y tecnología “Tecnopolis”, ubicada en el conurbano bonaerense, retroalimenta el orgullo de haber nacido en estas tierras y llevar la celeste y blanca impregnada en el corazón.
El genocidio propiciado por las fuerzas armadas en el período 1976-1983 dejó como saldo infinidad de heridas: 30.000 desaparecidos, una sociedad totalmente desintegrada, el aumento de la deuda externa a números impensados, la desindustrializacíon brutal de la economía, un estado carente de toda capacidad de intervenir en lo social y un rasgo central que no se puede dejar de nombrar: la vergüenza de ser argentino.
Don Arturo Jauretche diría que ese tipo de pensamientos, son “zonzeras”, y la verdad que su definición sería bastante certera. Los milicos se apropiaron de todos los símbolos nacionales (el himno, la bandera, etc.) y los utilizaron para legitimar su accionar perverso en la sociedad. “Los argentinos somos derechos y humanos”, afirmaban los vende patria mientras mataban y torturaban al pueblo argentino.
Uno de los pabellones más interesantes de la feria tecnológica  es el llamado: “Industria y trabajo: Orgullo nacional”. Ese galpón muestra los datos duros de la cantidad de heladeras, hornos, cocinas que se vienen produciendo del 2003 a la fecha, de cómo los trabajadores argentinos recuperaron poco a poco su salario real y su dignidad. Además expone una reliquia de las mas impactantes de toda la muestra: un modelo original de la Coupe Justicialista fabricada en el año 1954, uno de los tantos automóviles de origen nacional, como también lo fue el Ford Falcón, posteriormente manchado por la sangre de una sociedad desvastada por el “Proceso de Reorganización Nacional”.
“Tecnopolis” es una invitación a revisar y  valorar lo propio, es una feria donde se demuestra el talento de científicos, médicos, deportistas y de tantos ciudadanos  que se levantan a la mañana y dejan el alma para que las cosas salgan todos los días, un poco mejor.
Esta muestra de conocimiento científico es completa: tiene pabellones de interés cultural, de los ministerios estatales que difunden sus actividades, robots, dinosaurios, simuladores de vuelo, música, recreación, y muchas cosas más. Pero lo innovador de este tipo de iniciativas políticas (como también lo fue el “Bicentenario”) es que son exposiciones públicas y de calidad. Estas características transforman el paradigma dominante durante tantos años  sobre lo estatal, destruyen ese cuento de que el estado debe quedarse a un lado mientras el mercado acciona libremente, es decir, acortan la brecha entre lo público y lo privado.
”Tecnopolis” expresa la voluntad de preocuparse por los sectores mas vulnerables del país, organizando una exposición con entrada libre y gratuita, abierta a todo el mundo, con el objetivo de visitar los diferentes stands y tener un primer acercamiento a prácticas científicas, siendo la primera vez de muchos chicos que viven en diferentes  barrios de la provincia de Buenos Aires, que nunca habían tocado, ni siquiera, una computadora.
Rafael Correa, actual presidente de Ecuador, le dijo al senador Daniel Filmus en la tira televisiva de entrevistas a presidentes latinoamericanos que “America latina no esta viviendo una época de cambio, sino que esta viviendo un cambio de época”.
Acompañemos ese proceso de transformación con altura, destreza intelectual y compromiso.

Para finalizar, tomo la prosa del genial “Pelado” Cordera y digo: ¡ARGENTINO! Doy gracias a dios…

Mariano Jorge

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