viernes, 15 de julio de 2011

Es un Hasta Luego

Un sentimiento de profunda tristeza me invade mezclado con un sinfín de recuerdos que
sobrevienen a mi cabeza, al momento en que los pañuelitos descartables se convierten en mis mejores amigos y las incansables lágrimas que recorren mis mejillas terminan por mojar el teclado.
Es la pérdida de un ser querido, un estandarte en mi vida. Cuando digo pérdida me refiero a la desaparición física ya que por otro lado sé que aquellos a los que amamos tanto no nos dejan nunca y nos acompañan a lo largo de nuestro camino trazando ese sendero que se  denomina comúnmente "vida".
La frase "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde" no es aplicable a mi persona. Es por eso que de a ratos muy pequeños, la tranquilidad de saber que dí todo por él y que
disfruté cada momento al máximo, se hace presente.
A pesar de la enfermedad que venías arrastrando hace ya un largo tiempo, era impensado tanto para mí como para toda mi familia que te nos ibas a ir.
Estoy destruido y siento que mi mundo se derrumba pero sé que tengo que seguir para
adelante, como vos hubieras querido.
La sensación de tristeza es inminente con cada recuerdo, con cada anécdota y el vacío
que dejaste se denota en el silencio de tu casa, esa casa en la que tantas veces lloramos
por ver a Boca ganar y tantas otras decepciones nos dejó.
Estas situaciones te hacen darte cuenta de cuan menos importantes son las cosas que nos
ocurren diariamente, las lágrimas que se derraman en vano a lo largo de la vida ya sea por golpes, peleas con amigos o cualquier otro tipo de cosas que no ameritan un llanto. Las  verdaderas lágrimas deben ser derramadas en estas despedidas. Me gustaría decir despedida parcial porque sé que en algún momento nos vamos a encontrar, estés donde estés para seguir juntos como lo hicimos en estos 19 años de vida. Por eso digo que no es un chau, sino hasta luego abuelo. Sé que vos allá estás mejor, ya no sufrís y eso me tranquiliza. Vos me vas a dar fuerzas para poder superar esto y me vas a acompañar dentro de mi corazón, en cada pensamiento porque nunca voy a olvidar que fuiste, sos y serás un pilar en mi vida.
Estos son los días más tristes de mi vida y creo que al igual que los momentos felices,
marcan un antes y un después, son imborrables. Nunca había sentido tanto dolor como el que se palpa en un velorio, más aún si se trata de un ser tan cercano a vos. Afortunadamente  en estos momentos los verdaderos amigos se hacen presente y pasan a ser parte de tu familia, conformando todos juntos un círculo de unión y amor que es lo que uno necesita en estas situaciones.
La verdad es que este momento hizo que el objetivo de mi texto diera un giro de 360 grados, ya que era otra mi intención, pero qué más importante que la pérdida de un familiar.
Llevo ya varias horas pensando y llegué a hacer una reflexión de todo esto. El llanto y las tristezas vienen solas, no hay que buscarlas. Debemos disfrutar cada segundo de nuestras vidas, para malos momentos ya habrá tiempo y estos vendrán sin que los busquemos. Seamos  felices y nunca nos alejemos de nuestros objetivos, al final lo demás ¿de qué vale?.

FREDID ABATE, eternamente conmigo y en mí..Hasta luego.

Julián Abate

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