viernes, 29 de julio de 2011

Que nunca se repita

“El rock abrumaba sus ojos y derramaba sangre por sus oídos, sofocando el calor que la humareda dejó en el recuerdo del arte. Descaradas mentiras buscan aplacar las sospechosas verdades que no niegan que la podredumbre del fuego, no es más que traicionero. Pero se alientan con saber que algo pueden cambiar en medio de tanta corrupción, pudiendo así, marcar el camino hacia la …”

Esto lo escribí unos años después del 30 de diciembre de 2004, pensando en la tragedia que se cobró de muchísimos sueños que no pudieron ser cumplidos y que nunca se cumplirán.
Y como verán, este intento de prosa, no esta terminado o quizás si. Pero le falta una palabra para poder darle un cierre, para que no sea un final abierto.

Intente con palabras como Verdad, Justicia… pero ninguna de ellas me sentó bien, y decidí al fin dejarlo así. Lo que me deja una sensación de vacío.

¿Por qué vacío?

Porque vacío es lo que se refleja en las miradas de los chicos que sufrieron la masacre de Cromagnon, vacío es lo que se refleja en las sonrisas de las madres, padres, amigos y hermanos que luchan buscando una ínfima razón que los ayude a continuar y a seguirla peleando.

Hay quienes nunca más volvieron a escuchar música, hay quienes se aferran a ella más que a nada en el mundo y van cantando su verdad, hay quienes no pudieron volver a escuchar a Callejeros, hay quienes no pudieron volver a reír.

Pero todos se unen al momento de decir: ¡Queremos JUSTICIA!

Entonces es cuando las aguas se dividen al momento de sentenciar al culpable. Y hay quienes culpan a Chabán, hay quienes culpan a Callejeros, hay quienes culpan a Ibarra, hay quienes culpan al que prendió la bengala, hay quienes…

Y esto pasa porque necesitamos un culpable, necesitamos como sociedad sentenciar a alguien que lleve el cargo de todas las culpas de lo sucedido a sus espaldas para poder sentirnos un poquito más fuertes. Y todo esto se convierte en una vorágine, porque el poder judicial que se jacta de tener la idiosincrasia de poder decir que es justo y que no, pasa a formar parte de la corrupción con la burocracia que lo caracteriza, sin llegar a ningún puerto.
Y la impunidad es la que ríe, venciendo.

Pero yo creo, desde mi perspectiva, desde mi realidad, teniendo en cuenta de que esa noche de diciembre yo estaba en mi casa, con mi familia enterándome por la televisión de lo que estaba pasando. Creo que es justo sentenciar a alguien que cargue con las culpas, pero creo que responsables somos todos, y cuando digo todos me refiero a la sociedad en su conjunto, pueblo y representantes. Creo que tenemos que hacernos cargo de esta responsabilidad y no hacer de esta tragedia, “borrón y cuenta nueva”. No. Creo hoy más que nunca, que jamás tenemos que echar nuestra historia al olvido y que tenemos que ser concientes, hacer carne de esto, hacer valer nuestra memoria… “Y que nunca, pero nunca se repita."
 
Lara Mazza

No hay comentarios:

Publicar un comentario